A principios de abril, la Policía Cibernética anunció que existían más de un millón y medio de cuentas falsas en Facebook.
Centenares de estos perfiles falsos sirven a los intereses de personas sin escrúpulos que manipulan la conversación global en las redes sociales. Para ello, utilizan perfiles sin ninguna identidad real que les respalde y aprovechan el anonimato para desinformar y manipular el tráfico en esta plataforma.
Tras estas cuentas falsas, se encuentran los “bots” (derivado de robot), programas informáticos que imitan el comportamiento humano y comparten contenidos en redes sociales. Se organizan en “granjas”, que automatizan los perfiles falsos para multiplicar las interacciones.
Desde un servidor, decenas de miles de esas cuentas pueden elogiar o insultar a personas reales o desinformar a la población mediante bulos informativos. Son como un ejército digital.
Si usted vive en Coatepec, tenga cuidado, porque en los grupos de Facebook aparecen entre otros, estos personajes: Joaquín Pérez, Héctor Ceballos, Alberto Tojas Gaviria, Francisco J. Javier Peña Hernández, Ariel Castillo y Jonh Dalh Tomasson, todos son perfiles falsos, infiltrados en los grupos.
Quienes estarían empleando a estos bots son tres pillos azules, el ex alcalde y hoy candidato, Manolo; el candidato a diputado, alias “El charrito” y el pésimo alcalde de la ciudad del café.
Estén muy alertas, son perfiles ficticios, pretenden crear tendencias equivocadas, que sólo los favorecen a ellos, pero no reflejan la realidad, quieren aumentar fraudulentamente el número de seguidores.
Por ejemplo, el algoritmo detrás de Facebook premia las interacciones de los contenidos compartidos. Si muchas personas han clicado “me gusta”, a priori es un mensaje que genera interés y se mostrará a más usuarios, es decir subirá lo que se conoce como alcance.
Estos tres pillos denigran y corrompen las redes sociales, además de insultar la inteligencia de los ciudadanos de Coatepec.
En esta época electoral, ellos sólo piensan en ganar a costa de lo que sea, y pretenden insultar la inteligencia de los coatepecanos con estas argucias que no representan el sentir social.