Reynaldo Escobar
Constitucionalismo si, populismo no.
Sobre la prolongación de la ley orgánica del Poder Judicial, que permitirá (si no se deroga en la Corte) ampliar en 2 años más, el nombramiento de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, se han escrito opiniones en contra, expresadas por juristas, barras, colegios y asociaciones de abogados, señalando que se trata de una ley que contraviene a la constitución y por lo mismo, debe dejarse sin vigencia alguna, en el archivo definitivo de textos inservibles, del máximo tribunal federal.
Los opositores a la llamada “Ley Zaldívar”, han sido acusados de cuidar los intereses de “la mafia del poder”, al limitar la independencia y autonomía del poder judicial. Sin embargo, lo que pretende la verdadera oposición a la ley Zaldívar, es mantener la vigencia del estado de derecho y las instituciones públicas, con una división de poderes, que permita el equilibrio del legislativo, ejecutivo y judicial.
No debe haber la preeminencia del ejecutivo sobre los otros 2 poderes (como lo quiere amlo) porque de ser así, lo que sigue es la construcción de un poder dictatorial, autoritario y sin equilibrios que limiten los abusos de la clase gobernante. En los foros académicos y en las organizaciones defensoras del ejercicio profesional de los abogados, existe el rechazo a la reforma de la ley Zaldívar, por ser contraria al espíritu de la constitución federal y por constituir una amenaza, solo comparada con los tribunales al servicio de Hitler durante el régimen fascista que utilizó a jueces y tribunales para consolidar el Poder del, posteriormente derrotado Tercer Reich.
La 4T no puede llegar a ser lo que representaba el tercer Reich, y México tampoco puede soportar el control y el sometimiento del país, por un gobierno escudado en la 4T, que persigue el control total y el mandato único de la República, personalizado en el Licenciado Andrés Manuel López Obrador.
Por otra parte, la acción de inconstitucionalidad, que promoverá la alianza de los partidos PAN-PRI-PRD, según el Líder del blanquiazul, evitará el control unipersonal del país, equivalente a una “dictadura perfecta”, parafraseando al escritor y premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa.