Atanasio Hernández
De lengua todos nos comemos un taco y en Xalapa le echamos chile seco. Tal es el caso del candidato a diputado federal por el PRI-PRD-PAN, Américo Zúñiga, cuando nos habla del Biodigestor y dice que qué lamentable que la inversión de 8 millones de dólares haya estado en riesgo, cuando él sabía perfectamente que era inviable construirlo debido al cochinero que hizo Veolia del Relleno Sanitario de Xalapa, al que intentó extenderle 15 años su prórroga a tres meses de concluir su mandato y en pleno proceso de transición.
Resulta lamentable que haya firmado al cuarto para las doce el convenio del Biodigestor y se colgara el esfuerzo del Fondo Mundial de Medio Ambiente que desde el 2014 venía gestando. Su administración no realizó ningún esfuerzo y tuvo la miopía, si no es que la ceguera, de no ver el problema de contaminación que tenía el Relleno Sanitario y aún más, favorecer a una empresa concesionaria con 15 años más de negocios sucios y contaminantes.
También es lamentable que su omisión política no haya dejado resuelto el tema de los terrenos del Biodigestor, sino tampoco previó de qué forma se ampliaría el relleno que ya había concluido su vida útil cuando le fue aprobada su prórroga.
SUCIOS ANTECEDENTES
Desde su construcción, el Relleno Sanitario de Xalapa estuvo plagado de irregularidades, de abusos, de corrupción, dada su administración a una empresa trasnacional con denuncias por daño ambiental en todo el mundo, sobre todo en América, la francesa Veolia, antes llamada Proactiva de Medio Ambiente. Tan es así que en 2018 y 2019 tanto la Procuraduría del Medio Ambiente (PMA) como la Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales y contra los Animales clausuraron en dos ocasiones el inmueble por la contaminación derivada del mal manejo de lixiviados que escurrían al Río San Juan.
Es decir, la trasnacional cobraba 2.5 millones de pesos mensuales para operar un relleno que, en los hechos, fungía como un tiradero a cielo abierto, como más tarde las autoridades estatales, municipales y federales confirmaron, y por lo que la presente administración inició y ganó una batalla legal a la empresa para arrebatarle la administración del Relleno Sanitario.
El daño que le hizo esta empresa a Xalapa es inmenso, porque le pagábamos 30 millones de pesos al año para contaminar nuestras tierras y los mantos freáticos. Pero, para el hoy candidato a una diputación federal “prorrogar la concesión (15 años más) tiene que ver con una responsabilidad social que tenemos con los xalapeños”, esto fue lo que declaró en agosto de 2017, después de que su Cabildo aprobó esta acción.
“Prorrogar la concesión va más allá de una empresa, tiene que ver con el interés de un servicio de calidad para toda una ciudad y una zona metropolitana. Prorrogar la concesión dará a Xalapa la oportunidad de contar con un biodigestor que será un ejemplo en México y América Latina de compromiso con el medio ambiente”, señaló.
Es más, todavía en octubre de 2018, unos días antes de que se diera la primera clausura al relleno por la PMA, declaraba de forma ignorante, o cínica, que “el relleno sanitario mejor evaluado de todo Veracruz es el de El Tronconal… y no es posible que también, por cuestiones de naturaleza política y partidista, se esté dando la espalda a un tema que necesita seguimiento”, como el Biodigestor, que, aseguró, Xalapa perdería.
El famoso Biodigestor, con un costo de 8 millones de dólares, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo. Resulta que, de acuerdo con las reglas de operación, y de haber seguido la empresa Veolia operando el relleno, nunca hubiera sido posible su instalación debido a que se violaban las normas ambientales.
El Ayuntamiento de Xalapa, hay que reconocerlo, más que negar, esconder o maquillar, aceptó, enfrentó política y legalmente el problema de la basura, y con una inversión millonaria en maquinaria, equipo, insumos, personal, hoy tiene un nuevo relleno sanitario con una vida útil de 5 años, extendible a 9; en El Tronconal se construye, además, un ecoparque con centro de transferencia, planta de reciclado, invernadero forestal y próximamente el Biodigestor, que ya fue licitado e iniciará su construcción en breve.