En Corto… Sin Cortes | JODER O NO JODER, THAT’S THE QUESTION

EN CORTO… SIN CORTES

Joder o no joder, that´s de question

José Ortiz Medina

“Hay que ser feliz aunque sea solo por joder”, es la tremenda frase que soltó en sus redes sociales (Facebook) Elvira Morgado Viveros, recién nombrada (hace cuatro semanas), Directora de Comunicación de la Ciencia de la Universidad Veracruzana.

Si fuera una simple ciudadana, tan “profunda” reflexión ¿filosófica?, hubiese pasado desapercibida, a no ser de que se trata de una prominente funcionaria de nuestra máxima Casa de Estudios.

¿Qué lo posteó en sus redes personales y por lo tanto está en su derecho de “decir lo que le dé su regalada gana”? Pues sí y no. Sí, si se tratase –insistimos- de una ordinaria mortal de esas que pululan en las redes sociales y que sueltan a cada rato cuanta barbaridad se les ocurre. Pero tampoco soslayemos el punto de que la señora Elvira Morgado Viveros es una figura pública, que está encargada nada más y nada menos que de la ¡divulgación de la ciencia!, que no es un asunto menor, sino una tarea y función de gran envergadura.

Se supone además que los funcionarios de la Universidad Veracruzana deben conducirse con cierto decoro y cuidar su lenguaje tanto en sus redes públicas, oficiales, como las privadas. Con toda proporción guardada, ni Andrés Manuel López Obrador, ni Cuitláhuac García Jiménez, ni la Rectora de la UV, Sara Ladrón de Guevara, pueden darse el lujo de publicar en sus redes expresiones que ocasionen desconcierto o se pudiesen interpretar como agresivas. Cualquier cosa que estos personajes digan en Facebook o Twitter, aunque sean sus cuentas personales, estarán sometidas al escrutinio público.

Porque no se podría disociar tan fácilmente la esfera pública de la privada, si en esta última se usa un lenguaje que pudiera interpretarse, en algunas de sus acepciones, como soez, agresivo, y hasta de sometimiento sexual, a juzgar por los siguientes significados que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española le asigna a la palabra “joder”.

1. Practicar el coito.

2. Aguantarse o fastidiarse.

3. Estropearse o dañarse.

4. Poseer sexualmente a alguien.

5. Molestar o fastidiar a alguien.

6. Destrozar, arruinar o echar a perder algo.

7. Expresar enfado, irritación, asombro, etc.

Nos gustaría saber en cuáles de estas acepciones usó la funcionaria de la UV la palabra “joder”, pero cualquiera que haya sido, el común denominador de la expresión usada apunta hacia una rara concepción de la felicidad, que rayaría en un inquietante pragmatismo. O al menos que la persona en cuestión lo haya expresado en un contexto humorístico, aunque esto no lo aclara ni lo precisa dicha persona. Quisiéramos pensar que fue en este último entorno circunstancial, pero ya lo sabremos si la servidora pública lo aclarase en un posterior post o directamente a quien esto escribe.

Pero más allá del contexto, quienes desempeñan una función en las instituciones de educación, deberían tener más cuidado con el uso de su lenguaje, para que no haya alguna otra interpretación de las expresiones, y que tampoco se preste a ambigüedades o ambivalencias.

En verdad nos extrañó el multicitado post porque la nueva encargada de divulgar la ciencia en la UV, expresó lo siguiente al rendir protesta hace un mes, en dicho cargo: “La comunicación de la ciencia contribuye a la construcción de una sociedad con perspectivas de crecimiento en la que las desigualdades desaparezcan”. Extraordinaria frase, sin duda, de alguien que posteriormente usó el verbo “joder” en un contexto difuso y confuso.