Pablo Jair Ortega
En Xalapa, la real preocupación de la cúpula morenista era sacar la elección en los distritos federales y locales.
Es decir, el verdadero objetivo era abonar a la Cámara de Diputados la mayor cantidad de legisladores de Morena para el proyecto del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En este sentido, Veracruz cumplió a AMLO entregándole 17 distritos de 20. La alianza PRI-PAN-PRD se llevó apenas tres.
Veracruz, en este sentido, supera a la Ciudad de México –el que se pensaba como bastión morenista imbatible– el cual se dividió en dos: de 24 distritos federales, la mitad fue para la alianza PRI-PAN-PRD; el resto, para Morena.
(Como comentario al margen, el tema de los muertos por la caída del metro de la Línea 12 fue un golpe tremendo para Morena y el gobierno de la CDMX).
Pero otro asunto prioritario para Cuitláhuac García Jiménez era el Congreso del Estado.
Lo anterior, por algo muy simple: ningún mandatario podría gobernar sin tener como aliado al Poder Legislativo.
Teniendo en cuenta que el actual sexenio va a la mitad, ya comienza la carrera por la sucesión y se debe ir preparando el cierre, para Morena era de suma importancia lograr la mayoría en la próxima legislatura.
Los números indican que Morena se llevaría 25 distritos locales de los 30 existentes.
Aunque todavía faltan los resultados oficiales, no hay que ser genio para ver que Morena arrasó en los distritos de Veracruz: hay un respaldo ciudadano tanto al gobierno del Presidente como al gobierno estatal, encabezado por Cuitláhuac.
De hecho, se debe sumar que el mismo partido se lleva la mayoría de los ayuntamientos importantes.
Cuitláhuac se posiciona como el mandatario de Morena más sobresaliente en esta elección, y ahí están los fríos números: lo demás son chaquetas mentales de los ahogados.
Y en el saldo total de las buenas cuentas, es preciso destacar la innegable e indiscutible capacidad política del delegado del CEN de Morena en el estado de Veracruz con funciones de Presidente, Esteban Ramírez Zepeta, quien fue pieza fundamental en la estrategia electoral.
Esteban tiene presente y futuro. De eso ni duda cabe.
