Por Reynaldo Escobar
Ante la posibilidad de una “prórroga de mandato” que ha filtrado en sus discursos mañaneros el Presidente Andrés Manuel López Obrador, o ante la posibilidad que cercanos al titular del poder ejecutivo federal, han proclamado para reformar la Constitución y permitir la reelección presidencial, millones de mexicanos esperaban que la jornada electoral del domingo pasado, arrojara resultados adversos para la mayoría de los candidatos abanderados por el partido Morena y sus aliados.
No fue así, ya que utilizando estrategias y mañas de los viejos militantes de todos los partidos que hoy militan en el partido oficial, “ganaron” importantes plazas y la mayoría simple en la cámara federal de diputados, aunque no pudieron arrasar para imponer una mayoría calificada al servicio del ejecutivo federal, que de haber sucedido, estaríamos en la antesala de la consolidación de un régimen autoritario que a nadie conviene.
El viejo estribillo de “prometer para ganar, y después de haber ganado nada de lo prometido” se aplicará en entidades federativas, en los municipios donde se asientan las capitales de los estados y en los congresos locales donde por simple votación, se impuso la línea política que se dicta desde el Palacio Nacional por el gran Tlatoani.
Veremos qué tiempo dura la dilapidación de los recursos públicos aplicada a proyectos clientelares, asignados en concepto de “dádivas generosas” del ejecutivo federal a quienes él lo dispone, con cargo a las contribuciones que paga el ciudadano, sin ningún incentivo para mejorar la economía familiar.
Lo único bueno y rescatable de la elección del pasado domingo es la consolidación de la alianza opositora PAN PRI PRD, siempre que permanezca unida y haga un frente común para combatir las iniciativas que provengan del ejecutivo federal o de sus incondicionales para realizar reformas a la Constitución que atenten o limiten los principios democráticos y los derechos humanos de los gobernados.
Toca el turno a los nuevos partidos y expresiones políticas que aglutinan a las fuerzas locales, de interactuar para proteger a quienes por disentir de la forma de pensar del presidente de la 4T sean objeto de persecución y venganzas políticas de caciques locales afiliados a Morena.
