En Corto… Sin Cortes EL “DESTAPE” DE ROCÍO

EN CORTO… SIN CORTES

EL “DESTAPE” DE ROCÍO

José Ortiz Medina

No cabe duda que con Andrés Manuel López Obrador se inauguró otra forma de hacer política. Cada Presidente de la República tiene su propio estilo personal de gobernar, como alguna vez lo abordó en su extraordinario libro Daniel Cossío Villegas.

“Le style c”est l”homme même”, el estilo es el hombre. La frase la dejó escrita Georges-Louis Leclerc, conde de Buffon, en su disertación inaugural tras su elección como uno de los “cuarenta inmortales” de la Academie Française.

Efectivamente así es.

El estilo es lo que nos hace ser lo que somos, es la expresión de nuestra individualidad en cuanto seres sociales. Es el resultado del ejercicio reiterado de la libertad personal ante las innumerables circunstancias independientes de nuestra voluntad en las que hemos tenido que ir definiendo lo que queremos ser. Ese estilo es, por tanto, el retrato.

Así, por ejemplo, cuándo habíamos visto que un Presidente arremetiera de manera directa y en público contra sus más acérrimos críticos.

Luis Echeverría le echó todo el peso del Estado a Excélsior, pero la embestida fue subterránea y se fraguó en las catacumbas del poder.

Jamás, nunca, Echeverría pronunció en público el nombre de Julio Sherer García para vituperarlo. Pero el golpe se dio y Sherer tuvo que abandonar Excélsior porque desde Los Pinos alentaron la asonada manipulando a la Cooperativa que controlaba el rotativo.

Así también, los Presidentes de la República jamás comentaban en público quiénes pudieran sucederlo en el cargo. De hacerlo, hubiera sido casi sacrilegio. Hubiesen roto las reglas no escritas del sistema.

Así que se fomentó la cultura del “tapado”, ese que caricaturistas como Naranjo dibujaban con una capucha blanca y apenas se asomaban los ojos a través de pequeños agujeros.

Incluso, hubo ocasiones en que el “tapado” se enteraba apenas un año antes u 8 meses antes, o menos, de que él era el elegido. El “delfín” era llamado a Los Pinos para escuchar las “Palabras Mayores” (Luis Spota dixit). Y una vez enterado de que él sucedería al Presidente en turno, recibía la más alta recomendación de que no se lo tenía que decir ni a su esposa, ni a su mejor amigo, ni a su padres… absolutamente a nadie, so pena de que se le podía “caer”.

Uno de los episodios más cruentos de la historia de México fue cuando Carlos Salinas de Gortari se inclinó por Luis Donaldo Colosio. Poco después del “destape”, comenzó a circular la teoría del “candidato sustituto”. Se hablaba de que Manuel Camacho Solís lo habría de relevar. Entonces, Salinas tuvo que dar un manotazo sobre la mesa para acallar rumores. Así que en célebre reunión de Los Pinos, surgió el clásico: “no se hagan bolas, el candidato es Colosio”. Y el sonorense fue finalmente el abanderado, pero sucumbió ante las balas asesinas de Lomas Taurinas.

Pero ahora, en pleno auge de la 4T, todo es diferente:

“Acá el tapado es historia, y de quienes pueden sustituirme, el pueblo es el que va a decidir. Hay muchísimos (personajes) como Claudia (Sheinbaum), Marcelo (Ebrard), Juan Ramón de la Fuente, Tatiana (Clouthier), Rocío Nahle”, respondió este lunes durante la conferencia mañanera el Presidente Andrés Manuel López Obrador a una pregunta sobre la sucesión.

AMLO ya llevaba como tres semanas mencionando a los aspirantes, lo que antes hubiera sido impensable.

Pero la sorpresa fue hoy cuando en la lista incluyó a Rocío Nahle. Ya algunos columnistas la semana pasada habían ponderado a la titular de la SENER como una seria prospecta para la Presidencia de la República, lo que no dejó de causar extrañeza en ciertos círculos políticos.

Y es que se suponía que Rocío Nahle era una de las mencionadas pero para la gubernatura de Veracruz.

¿Rocío Nahle con posibilidades? Pues aunque transita por caminos cenagosos (y no precisamente nos referimos a los terrenos inundables de Dos Bocas) la zacatecana pero avecindada desde hace años en Veracruz, pudiera dar el estirón siempre y cuando lleve a buen puerto los grandes proyectos en materia de petroquímica.

Rocío podría crecer políticamente si no se le presenta algún escollo. Sería la primera Presidenta de la historia de México. Y aunque en esta ocasión fue mencionada por el Presidente hasta el final, pues bien dice Jesús en los Evangelios que los últimos serán los primeros.

Antes de la caída de la línea 12 del metro, la sucesión parecía estar resuelta.
Pero ante el “raspón” que tuvieron Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, es la razón por la que AMLO comenzó a abrir el abanico de aspirantes. Así que desde esa lógica, no sólo dos, sino muchos o muchas más podrían tener posibilidades de llegar a Palacio Nacional.

Y si Rocío fuese –en un escenario hipotético- abanderada a la Presidencia de la República, pues acá en la aldea, al dejar la Secretaria de Energía el campo libre en pos de la gubernatura, pueden crecer aún más las posibilidades de otros prospectos a la primera magistratura de la entidad, como Pepe Lima, Ricardo Ahued, Eric Cisneros, Zenyazen, etc.

Pero fuere lo que fuere, la sola mención de Rocío Nahle por parte de la cabecita de algodón, vino a alborotar no sólo el gallinero nacional, sino también el corral jarocho.

Porque, además, serían los analistas políticos muy ingenuos si creyeran que la inclusión de Nahle fue una mera ocurrencia o una mera puntada del tabasqueño. ¿Por qué decidió enlistarla hoy AMLO? Pues sólo él lo sabe. En política nada es casual. Todo es causal.

Porque así como encartó hoy a Nahle, también habría que preguntarse por qué a la fecha, AMLO no ha encartado al líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal. Por algo será. Son las tenebras de AMLO y acaso ya a solas, como un pícaro diablillo, seguramente se ha reír de sus travesuras.

Pero finalmente, la pregunta de los 64 mil: ¿AMLO dejará que su partido elija democráticamente a su candidato a la Presidencia de la República, o acaso será el fiel de la balanza al estilo del antiguo “dedazo priista”?

Pese a la pasarela de suspirantes que él mismo ha ventilado, entre esos “balconeados” estará el candidato o candidata. ¿AMLO tendrá a final de cuentas un “tapado” o “tapada”? Ya se sabrá.

Porque nos queda muy claro que al barajar nombres en su mañanera, AMLO se ha autoerigido como el “factótum”, el principal articulador de la sucesión presidencial.

Él decide a quiénes incluir y a quienes excluir por omisión.

Acaso en la soledad del poder, ¿él tiene su propia tómbola secreta en la que sólo haya un solo nombre en todos los papelitos para que saque el que saque, el resultado será siempre el mismo? Ya se sabrá.

¿Será posible que los dados ya estén cargados o que al barajar ahora nombres, estará a la expectativa de quienes crecen en las encuestas, para a partir de ahí “sugerir” (¿u ordenar?) al partido Morena quién deberá ser ungido o ungida?

El otro punto es que a la mitad de su gobierno, AMLO adelantó la sucesión. Para sus antecesores, esta decisión casi hubiese sido suicida, porque al adelantar un poco los tiempos, se correría el riesgo de que se merme el poder del Presidente saliente, en caso de que ante el menor signo o señal, la bufalada corriera en estampida tras el “bueno” o la “buena”.

Pero AMLO pareciera que se siente muy seguro de conservar y mantener el poder. Pareciera que se siente muy seguro de controlar la sucesión. ¿Lo podrá lograr? ¿Y si se le sale de control y el líder del Senado, Ricardo Monreal, actualmente excluido del banquete arremete junto con otros? O acaso es que el “tapado” es el no mencionado… por ahora.

Cauto, la tarde de este lunes, Ricardo Monreal expresó que “los funcionarios nombrados por el Presidente son destacables, pero que es muy pronto para hablar de sucesión presidencial, ya que todavía hay muchos problemas que atender como la quiebra de empresas, la seguridad, las modificaciones constitucionales que ha anunciado el Presidente en materia de Guardia Nacional, rectoría eléctrica o reforma electoral… Este proceso me mantiene ocupado y no he tenido tiempo de pensar en ser el sucesor del Presidente de la República”.

“El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene el derecho de expresar lo que él considera conveniente y, por esa razón, no creo que sea extraño el hecho de no ser mencionado entre los nombres que podrían ser candidatos presidenciales”, añadió Monreal.

Como quiera que sea, ésta es una sucesión no apta para cardiacos, en la que AMLO cada vez más le pondrá más emoción a esto.

Compremos nuestras palomitas y busquemos butacas de primera fila para disfrutar tremendo culebrón de la política a la mexicana.