A un año y medio del inicio de la pandemia y siete meses después de la aplicación de la primera vacuna, la siguiente ola de COVID-19 crece en todo el mundo impulsada por un factor imprevisto hace algunos meses: la aparición de nuevas variantes, con características como una mayor transmisibilidad o una mayor evasión a los anticuerpos.
La variante más peligrosa hasta el momento es delta, identificada por primera vez en la India. Se calcula que es 60 % más contagiosa que otras variantes y puede unirse con mayor fuerza a los receptores pulmonares, pero ¿qué tan eficaces son las vacunas actuales para protegernos de ella?
Un primer artículo publicado en Nature a finales de junio a partir de los datos recabados en el Reino Unido durante mayo explicó que si bien la efectividad de algunas vacunas disminuye frente a delta, siguen siendo la mejor forma de evitar casos de COVID-19 grave y sobre todo, la hospitalización o muerte:
Mientras la segunda dosis de AstraZeneca tiene una eficacia de 66 % para proteger de la variante alfa, la cifra cae a 60 % cuando se trata de delta. Lo mismo ocurre con el esquema completo de Pfizer, que mantiene una protección de 93 % ante la variante británica, pero desciende al 88 % frente a la india.
Al respecto, los creadores de la vacuna rusa Sputnik V que forma parte del Programa Nacional de Vacunación en México, explicaron que su eficacia para evitar una infección sintomática de COVID-19 por la variante delta es del 90 %, lo que la convierte en una de las vacunas aprobadas con mayor efectividad contra la variante surgida en India; no obstante, estos resultados aún no han sido publicados en una revista científica.
En el caso de AstraZeneca y Pfizer-BioNTech (las dos vacunas más ampliamente utilizadas en el mundo), un estudio israelí reveló que la vacuna de Pfizer tiene un 64 % de protección ante infecciones sintomáticas; sin embargo, este número se eleva dramáticamente cuando se trata de prevenir COVID-19 grave y la hospitalización:
Un análisis de 14 mil casos con la variante delta en el Reino Unido demostró que la vacuna de Pfizer posee un 92 % de eficacia contra hospitalización tras la aplicación de dos dosis. Para AstraZeneca, la eficacia alcanzó un espectacular 96 % entre los casos estudiados en el Reino Unido.
Y aunque aún no existen datos concluyentes de las vacunas chinas y el resto de inmunizaciones aplicadas en Latinoamérica contra COVID-19, las estadísticas de nuevos casos positivos y hospitalizaciones no mienten: las vacunas funcionan con solvencia ante cualquier variante conocida hasta ahora y aquellos grupos que ya recibieron su esquema completo están enfermando menos de mejor forma la tercera ola de COVID-19.