Opinión | POBRECITA DE LA GENTE CANSADA

Pablo Jair Ortega

Al parecer es más fácil rendirse ante los necios que combatirlos y ahora resulta que la pobrecita sociedad cansada, fatigada, de tener estos largos meses de epidemia, ya podrá descansar del encierro porque el confinamiento ya no va a implicar cierres absolutos.

Y no lo digo yo: lo dijo el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, el encargado de combatir a la pandemia que hoy está en su tercera ola.

Fue precisamente esta tercera ola lo que nos puso en aviso del incremento de contagios: el relajamiento de las medidas en meses pasados, la apertura de lugares como bares, conciertos populares, pero sobre todo las campañas políticas, fueron algunos de los factores que desencadenaron al bicho que se supone ya se le estaba ganando.

Pero no: “tenemos una sociedad desde luego cansada, fatigada, de tener estos largos meses de epidemia”, según López Gatell.

Y justifica: “Lo que uno le puede pedir a la sociedad en términos de reducción de la movilidad no es lo mismo hoy a lo que era en febrero de 2020. Tratar de forzar la situación cuando ha habido importantes efectos en la vida pública, económicos, sobre todo para las familias que tienen mayor escasez de recursos —no olvidemos que más de la mitad de la población de México vive en condiciones de pobreza y no podemos forzar las cosas y que la gente siga sufriendo la adversidad social y económica— tiene consecuencias económicas generales para el país y también no es conveniente forzarlo”.

Pero el discurso ofrecido por López Gatell en la mañanera de este martes tiene una lógica: es para ir plantando la idea de que de aquí a agosto todo está chido para el regreso a clases. Es decir, en el mensaje se vislumbra una intención para ir ya regresando a las aulas a los chamacos, chamacas, chemeques.

“Hay ámbitos específicos, se han destacado, el presidente los ha mencionado, en particular el de la educación pública por las consecuencias que tiene sobre la juventud y la niñez el estar en este estado especial a nombrar de reclusión, eso tiene consecuencias emocionales, sicosociales (…) Por todas esas razones también el confinamiento no puede ser tan severo, tan estricto, como lo fue al inicio, cuando tuvimos la Jornada Nacional de Sana Distancia”.

¿Entonces ya valió el #QuédateEnCasa en la tercera ola? ¿Y el cierre de negocios?

Lo contestó el mismísimo subsecretario: “El jueves pasado presentamos ante el Consejo Nacional de Salud la iniciativa de modificación de ciertos aspectos de la metodología del semáforo de riesgo COVID porque ya incluso en el color más alto de la escala ya no implica cierres absolutos, ya hay actividades públicas, en particular la educación, que no serán sujetas a cierre en el mismo contexto que fueron consideradas las actividades económicas esencial cuando el confinamiento fue severo”.

Así que, según lo expresado por el secre, más adelante no se extrañe si cambian las disposiciones y medidas de acuerdo al color del semáforo epidemiológico; pero el fondo es ya ir reactivando el asunto de las clases presenciales y la economía que genera.