Notiver Speshial Edishion
@pablojair
Algo deben haber visto en las recientes gráficas de los elevados índices de Covid en Veracruz, que se tomó la determinación de acelerar la vacunación y, ahora sí, hacerla masiva… como debieron hacerlo hace mucho cuando empezaron a llegar las vacunas.
Y es que mientras se cacarea que el Plan Nacional de Vacunación está funcionando, parece que el coronavirus tiene otros datos: la tercera ola crece más rápido, con más contagios diarios, por lo que están quedado expuestos muchos que todavía no están vacunados.
Es cierto que quizás haya sido buena idea vacunar a los grupos más vulnerables como los abuelitos, pero de ahí ya hubieran partido a hacer una vacunación masiva como la que se pretende ahora dado que el bicho está rebasando, aparentemente, mucho más rápido de lo que se esperaba.
Sí creo que la vacunación ayudó (incluso a los que se contagiaron ya inoculados) a que el terrible mal no matara tan fácilmente; que el tener anticuerpos ayudó a resistir a muchos más que se infectaron y en ese sentido sí es creíble que haya menor mortandad, pero eso no significa que ya seamos completamente inmunes.
Sigo pensando que la vacunación debió acelerarse desde hace tiempo y permitir que instituciones privadas dejaran hacer su propia vacunación.
Que habría ayudado mucho más la participación y colaboración de lugares como hospitales y clínicas privadas; industrias mamalonas o factorías transnacionales que vacunaran a sus obreros; o universidades públicas que hubiesen servido también para las campañas de vacunación entre su estudiantado y público en general.
Todo eso, quizás, habría hecho crecer por mucho el número de vacunados de todo el país, de todas las edades.
Las comparaciones son odiosas, pero amigos indocumentados en los Estados Unidos platican que hasta en las plazas comerciales hay quioscos de vacunación a donde uno puede llegar a vacunarse sin que nadie les pregunte si son residentes. La idea de ese gobierno, por mucho, fue hacer una extensa campaña de vacunación abierta a todos sin excepción y sin rangos de edad, sobre todo porque es todavía el país con más contagios y muertes.
Tampoco quiere decir que todo lo que hagan en el gabacho está chido. Este lunes, por ejemplo, en la mañanera desde el puerto de Veracruz, el presidente Andrés Manuel López Obrador le mandó un mensaje contundente al presidente Joe Biden: hay que separar lo político de lo humanitario.
Y hablaba del caso Cuba, al cual le han impuesto más sanciones. Por lo anterior, barcos mexicanos han estado saliendo en apoyo a la isla caribeña.
La neta el ejemplo de que Cuba estaba teniendo otra relación con su eterno enemigo fue cuando Barack Obama, el Papa Francisco y hasta los Rolling Stones llegaron a darse un rol para extender la mano que tanto necesita una Cuba rezagada por décadas. O sea, de que se puede, se puede, es cosa de no desquitarse con el pueblo por lo que hacen sus gobiernos.