+ Algunos establecimientos han cerrados y otros están vacíos.
Bernabé Vallejo Olvera
Una verdadera crisis vienen padeciendo más de 200 familias dedicadas al ramo de las artesanías y de la venta de alimentos, que se ubican en las inmediaciones de la zona arqueológica de “El Tajin”, perteneciente al municipio de Papantla.
Las pérdidas superan los miles de pesos, debido a que en su momento solicitaron recursos económicos para poder seguir con sus ventas pero debido a la pandemia y al cierre de este centro ceremonial por más de un año, ocasionando una deuda que se acrecentó con el paso del tiempo.
Algunos comerciantes entrevistados señalan que se encuentran olvidados y se sienten engañados por parte de las autoridades estatales y federales, debido a que no han recibido ningún tipo de apoyo por parte de alguna dependencia de cualquiera de los tres niveles durante la pandemia.
A pesar de haber iniciado el asueto vacacional de verano, son pocos los turistas que arriban hasta dicho lugar; la principal atracción aún se encuentra cerrada: el acceso para visitar las milenarias pirámides del Tajín, ocasionando qué las ventas se hayan desplomado hasta en un 70% con respecto a años anteriores.
Los afectados solicitan por enésima vez la reapertura en la zona arqueológica; no obstante, y de acuerdo a la información que han emitido por las autoridades correspondientes sobre la tercera ola de contagios por COVID-19, el coronavirus ha aumentado en este municipio y debido a que no existen las condiciones adecuadas en materia de salud, aún no se permitirá el ingreso a esta zona turística.
Las pérdidas económicas y materiales donde invirtieron para sus negocios; son abrumadoras como comerciantes donde los primeros seis meses del 2021, no superan los $200.00 pesos al día cuando existe una buena venta pero existen hasta una semana completa sin vender nada ante la nula llegada de visitantes.
Tanto los artesanos como otros comerciantes han optado por buscar otras alternativas que les permitan generar ingresos para su sustento familiar.
Al inicio de la crisis por la pandemia, les solicitaron sus documentos supuestamente para gestionar apoyos para solventar sus gastos, pero hasta la fecha quedó solamente en otra promesa sin cumplir.
Los afectados esperan que las condiciones y los índices de contagio bajen para minimizar las enormes pérdidas económicas, que han ocasionado el cierre de algunos establecimientos, mientras otros están vacíos.
Siendo urgente la intervención de las autoridades correspondientes, debido a que los turistas –que en poca cantidad llegan– solamente observan el ancestral ritual de la “Danza de El Volador” para después retirarse y continuar con su viaje, pero pocos realizan alguna compra.
Para el turismo sigue siendo el principal atractivo visitar la zona arqueológica, pero al continuar cerrada dejan de consumir los diversos productos que se ofrecen en dicho lugar.