ONU-DH condena el asesinato del periodista Jacinto Romero Flores en Veracruz

La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condena el asesinato del periodista Jacinto Romero Flores ocurrido el día de ayer en Ixtaczoquitlán, estado de Veracruz.

“El asesinato de Jacinto Romero, así como las amenazas que había recibido con anterioridad, son evidencia del contexto de vulnerabilidad y riesgo en el que se ven orillados a desarrollar su labor muchos periodistas en México. Informar, opinar o criticar debería ser un trabajo normal en una democracia y no una actividad de riesgo. Cuando quienes usan los micrófonos enfrentan las balas, toda la sociedad pierde” señaló Jesús Peña, Representante adjunto en México de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.

La ONU-DH llama a las autoridades a investigar el asesinato del señor Jacinto Romero de manera diligente y agotando todas las líneas de investigación relevantes, incluida la posible vinculación con su actividad periodística. Estas investigaciones deben considerar también las amenazas previas contra el comunicador y el contexto de violencia en la zona.

“Como ha recordado su familia, ni el caso de Jacinto Romero, ni ningún otro, puede ser un simple número, una cifra más. Es necesario que haya una investigación exhaustiva que rompa con el ciclo de la impunidad, un ciclo que mata y genera temor. Esclarecer este asesinato, y todos los homicidios de periodistas que pagaron con sus vidas el haber informado, es la única manera de garantizar a familiares, amistades, colegas y a la sociedad en su conjunto que la libertad de expresión será garantizada frente a quienes creen tener el poder para decidir lo que debemos decir y lo que podemos escuchar”, concluyó el Representante adjunto.

El señor Jacinto Romero, quien colaboraba con la radiodifusora Ori Stereo, era un periodista muy conocido en su municipio y en la zona de sierra de Zongolica, donde junto a su actividad periodística promovía acciones solidarias hacia las personas en situación de vulnerabilidad. Según la información recibida por la ONU-DH, el señor Jacinto Romero había denunciado públicamente las amenazas que sufrió en febrero de 2021 y recibió medidas preventivas por parte de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) del estado de Veracruz. El 18 de agosto el señor Jacinto Romero se desplazaba en un vehículo rotulado con la palabra prensa, para realizar sus actividades, cuando fue víctima de un ataque directo falleciendo en el lugar de los hechos.

Durante 2021, la ONU-DH ha documentado los asesinatos de seis periodistas y la desaparición de otros dos, agresiones posiblemente vinculadas al ejercicio de la actividad periodística[1]. Durante 2020, la ONU-DH documentó siete asesinatos de periodistas que podrían estar relacionados con su actividad[2]

Finalmente, la ONU-DH expresa sus condolencias y solidaridad con la familia, colegas y amistades de Jacinto Romero Flores.

[1] En 2021, la ONU-DH ha registrado el asesinato de seis periodistas cuya muerte pudiera estar relacionada con el ejercicio de la actividad periodística, Benjamín Morales Hernández, el 3 de mayo en Sonora; Gustavo Sánchez Cabrera el 17 de junio en Oaxaca en Morro de Mazatán, Oaxaca; Saúl Tijerina Rentería el 22 de junio en Ciudad Acuña, Coahuila; Abraham Mendoza Mendoza el 19 de julio en Morelia Michoacán; Ricardo López Domínguez, el 22 de julio en Guaymas, Sonora; Jacinto Romero Flores, el 19 de agosto en Ixtaczoquitlán, Veracruz.

Asimismo, la ONU-DH documentó la desaparición de dos periodistas que también podría estar relacionada con el ejercicio de la actividad periodística: Pablo Felipe Romero Chávez desaparecido desde el 25 de marzo en Guaymas, Sonora; y Jorge Molontzín Centlal desaparecido desde el 10 de mayo en Sana Ana, Sonora.

[2] En 2020, la ONU-DH registró el asesinato de siete periodistas cuya muerte pudiera estar relacionada con el ejercicio de su actividad periodística: María Elena Ferral Martínez, el 30 de marzo en Papantla, Veracruz; Jorge Miguel Armenta Ávalos, el 16 de mayo en Cajeme, Sonora; Pablo Morrugares Parraguirre el 2 de agosto, en Iguala, Guerrero; Julio Valdivia Rodríguez, el 9 de septiembre en Tezonapa, Veracruz; Israel Vázquez Rangel el 9 de noviembre en Salamanca, Guanajuato; y Jaime Daniel Castaño Zacarías el 9 de diciembre en Jerez, Zacatecas. Además, un policía que realizaba servicio de escolta para proteger al periodista Pablo Morrugares Parraguirre fue asesinado durante el ataque en su contra.