“No soy Poncio Pilato, respeto a los jueces”, responde AMLO sobre la derogación de la objeción de conciencia

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este martes que es respetuoso con la independencia de la Suprema Corte y de sus decisiones como la invalidez de la objeción de conciencia, la cual permitía al personal médico negarse a practicar abortos.

“Tengo que ser respetuoso de la independencia, en este caso del Poder Judicial y de la Suprema Corte, además es un asunto que produce mucha polémica, mucha controversia, es un tema que confronta y desde hace un tiempo procuro no opinar”, dijo en conferencia matutina.

“Respeto las decisiones que toman las instancias legales y no opino porque tengo que ser respetuoso de todos, de creyentes y de no creyentes, ese es mi papel principal en estos temas y no puedo opinar”, aseguró.

López Obrador aseguró que no se lava las manos con ese asunto, ya que no es “Poncio Pilato”, pero cree que a los mexicanos les conviene, en un tema de esa naturaleza, que el presidente no tome partido.

El mandatario federal reiteró que, a su consideración, se deben reformar los poderes, como el Judicial.

“En el caso del Poder judicial, con todo respeto, no han iniciado un proceso de purificación, de reforma, de limpia que requiere, que necesita, que urge llevar a cabo en ese poder”, dijo.

Ayer lunes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalidó el artículo 10 Bis de la Ley General de Salud que permite a los médicos y enfermeros apegarse a la objeción de conciencia para rechazar practicar servicios como el aborto.

En sesión del Pleno los ministros reconocieron, por mayoría de ocho votos, que la actual norma no explica a detalle los derechos de los pacientes y otorga una libertad casi “ilimitada” para que los doctores puedan negarse bajo principios religiosos, ideológicos o éticos a la interrupción al embarazo.

Durante el debate, el ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, criticó que grupos conservadores intentarán presionar al Tribunal para avalar una objeción de conciencia casi “ilimitada” que afectaría los derechos reproductivos de las mujeres.