Familiares y amigos sepultaron los restos de Mario Alberto Hernández y Mauricio Salvador Romero, víctimas del atentado con explosivo ocurrido el domingo pasado en Salamanca, Guanajuato.
Ambos hombres eran gerente y socio comercial del restaurante Barra 1604. Murieron tras explotar un paquete, que creyeron, era un regalo para Mario Alberto, ya que ese día celebraban su cumpleaños.
El funeral de las víctimas se realizó en ceremonias de carácter privado.
Respecto al atentado, las autoridades de Guanajuato sostienen que se trató de un ataque directo y no de una extorsión.
Familiares de Mauricio Salvador denunciaron que desde hace siete meses el restaurante era víctima de extorsión. Dijeron que presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación les exigían 50 mil pesos a la semana por “derecho de piso”.
Detallaron que Barra 1604 presentó dos denuncias ante la Fiscalía General de Guanajuato, pero que no obtuvieron respuesta alguna.
Sin embargo, la Fiscalía desmintió en un comunicado que haya recibido alguna denuncia por extorsión por parte del restaurante. Aclaró que no puede ser que las extorsiones comenzaran siete meses atrás porque hasta hace seis meses Barra 1604 “no existía”.
Sophia Huett, secretaria ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, sostuvo que el uso de explosivos requiere un grado de especialización que “no es natural en los grupos delictivos de la zona”.
El gobernador Diego Sinhue Rodríguez enfatizó que la causa más probable es un ataque directo porque al entregar el paquete explosivo se preguntó directamente por el gerente Mario Alberto, quien fue una de las víctimas.
La explosión del paquete dejó también cinco personas lesionadas, entre ellas el repartidor, quien se reporta grave en un hospital del Gobierno de Guanajuato.
Las investigaciones apuntan a que el repartidor, de 23 años de edad, desconocía el contenido del paquete que entregó en el restaurante.
Con información de Noticieros Televisa