El abogado argentino Juan Méndez, quien fuera relator especial de Naciones Unidas sobre la tortura y otros tratos o penas crueles o degradantes de 2010 a 2016, dijo hoy a la Corte de Magistrados de Westminster que, como todos en el país, Karime Macías, exesposa del que fuera gobernador de Veracruz, Javier Duarte, corre el riesgo de ser torturada si cae en manos de la autoridad mexicana.
Señaló que la tortura sigue siendo una práctica generalizada en México y aplicada por los diferentes órganos del Estado, sin distinción entre personas y casos.
Respecto a Macías, quien es reclamada por la justicia mexicana por la construcción de una red de empresas fachadas que fueron utilizadas para desviar al menos 112 millones de pesos de las arcas públicas de Veracruz, señaló que no tiene elementos para asegurar que será objeto de excepción.
“Es su evaluación, ¿una persona como en la posición de Tubilla, de ser detenida en México, corre el riesgo que usted ha descrito?”, preguntó el abogado defensor, a lo que recibió un “sí” como respuesta del exrelator.
El abogado precisó que el caso bajo investigación no debe suponer una diferencia sustancial sobre la forma como se conduce la autoridad mexicana.
Durante el interrogatorio dejó ver que la preocupación no es con relación a la estancia en el Centro Federal de Readaptación Social Femenil Morelos (CPS 16), el hogar de Macías tras su eventual extradición de Londres, sino por lo que pueda pasar durante su traslado al tribunal en Veracruz.
También inquieta la forma como pudiera realizarse el interrogatorio fuera del CPS 16, pues subrayó que la manera cómo las entrevistas y las investigaciones criminales son conducidas en México implica el riesgo de que “la persona sea maltratada”.
Señaló que tampoco hay garantías de acceso a procedimientos administrativos y de denuncia cuando los derechos humanos y carcelarios son quebrantados.
Al tomar la palabra, el fiscal dejó ver al juez londinense que el gobierno mexicano ha ofrecido garantías de que la acusada será tratada conforme a las normas internacionales y se ha comprometido a cumplir los criterios diplomáticos apegados a la orden de entrega.
Recordó que en todo momento la persona en custodia podrá reportar alguna anomalía al titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y para el traslado del CPS al tribunal veracruzano se pondrá a disposición un helicóptero.
Respecto a la tortura, intentó que Méndez le diera la razón de que el riesgo general tiene lugar en las primeras horas tras la detención de una persona.
“Es un riesgo a manos de los diferentes órganos del Estado que conducen los arrestos y las investigaciones iniciales para obtener una declaración del interesado o incriminar a otros”, respondió Méndez. “Pero es no significa que después de las primeras 72 horas nadie sea torturado”, apuntó.
El exrelator fue convocado por la defensa de la ex primera dama de Veracruz para exponer sus impresiones sobre esa práctica en México.
El profesor en derechos humanos por American University Washington College of Law, intervino en modo de teleconferencia desde Nueva York.
Dijo hablar de manera voluntaria y con honestidad. Previamente a su participación entregó tres documentos con fechas de agosto de 2020, julio y noviembre del presente año.
Méndez debió rendir su testimonio el pasado jueves, pero por problemas técnicos fue postergado para este lunes. Durante el fin de semana mantuvo varias comunicaciones con la defensa de Macías.
El examen a Méndez también fue usado por el equipo la acusada para tratar de avalar como “fiable” el testimonio de Juan Antonio Nemi Dib, exsecretario de Salud de Veracruz, quien supuestamente fue torturado cuando fue llevado al penal de Pancho Viejo.
Nemi dijo el pasado miércoles que las acusaciones contra Macías son falsas y creadas por Jorge Winckler, exfiscal general del Estado.
El abogado argentino dijo que el testimonio de tortura ofrecido por Nemi le parecía genuino, aunque reconoció no estar en condición para determinar inconsistencias en sus declaraciones.
Se trató de la cuarta audiencia oral celebrada en la Corte de Magistrados de Westminster y tuvo una duración de tres horas con dos interrupciones de comunicación técnica con el testigo. La próxima audiencia tendrá lugar el 10 de enero.