Aulas “híbridas” propuestas por el Rector de la UV, “idea anticuada” y poco funcional: Investigador Miguel Casillas

El pasado viernes 17 de diciembre, el Rector de la Universidad Veracruzana (UV), Martín Aguilar Sánchez, propuso al Consejo Universitario la implementación de “aulas híbridas” para el retorno a clases, en medio de la aún latente pandemia por Covid-19.
Según la propuesta de Aguilar Sánchez, se proyectan entre 350 a 550 en las cinco regiones de la UV.

Al respecto, el investigador de la UV, Miguel Casillas Alvarado* cuestionó esa propuesta del rector en reciente artículo publicado en Versiones.com.mx

“Innovar no significa inventar propuestas de solución sin fundamento. Pongamos, por ejemplo, las 300 aulas ´híbridas que se están adaptando en la Universidad Veracruzana. Se trata de habilitar con cámaras, micrófonos y computadoras 300 salones de clase, previsiblemente para que desde ahí se impartan las clases. Pero es, desafortunadamente una falsa solución. Es una propuesta inspirada en una vieja idea de aulas telemáticas que se ofrecieron hace años a la UV como espejitos y cuentas de vidrio, es anticuada porque no considera la situación actual, su diseño estuvo ideado antes de que hubiera Zoom, cuando las teleconferencias eran caras y difíciles, cuando no existían las videollamadas y otros mecanismos de comunicación digital, cuando además el uso de los celulares no estaba tan extendido. Es una propuesta conservadora, porque no da respuesta a un proceso mayor de renovación de la enseñanza y se reproduce -ahora con recursos tecnológicos caros y vistosos- la docencia tradicional´”, expuso Miguel Casillas Alvarado.

“Pero lo peor –añade el investigador- es que no es pertinente, pues no se corresponde con las necesidades de estudiantes y profesores; sobre todo, porque nadie las ha solicitado, porque nadie en la comunidad universitaria está pensando que esa sea la solución a los problemas ni de la educación a distancia ni de la híbrida. En una peligrosa inversión de los papeles, primero se adopta una solución aparentemente técnica y luego previsiblemente se intentará diseñar un proyecto para hacer que los profesores ajusten su práctica pedagógica al nuevo entorno: es absurdo. Se trata de un falso solucionismo tecnológico que, por lo demás, involucra varios millones de pesos que deben ser manejados con total transparencia. Imaginemos un gasto aproximado: 300 aulas con un costo hipotético de 250 mil pesos por cada una de ellas, podría representar alrededor de 75 millones de pesos, que bien podrían utilizarse de mejor manera”.

Casillas Alvarado propone, en lugar de abrir esas aulas híbridas, “abrir y fortalecer los centros de cómputo de las facultades para hacerlos accesibles a los estudiantes que lo requieran”.

“No es momento para el despilfarro y el gasto inútil. La situación actual es suficientemente compleja como para actuar con frivolidad, sin fundamento académico y sin respaldo de la comunidad. A las universidades les urge una reforma pedagógica que favorezca el uso intensivo de los recursos tecnológicos en los procesos educativos y tenga como resultado una fuerte apropiación tecnológica entre los estudiantes y egresados, pero esa reforma sólo se logrará con el concurso de la comunidad y sobre la base del conocimiento científico para el diagnóstico y el diseño de alternativas. La nueva educación híbrida, que es el horizonte al que deberíamos dirigir nuestros esfuerzos institucionales, no es un problema de equipamiento tecnológico sino un desafío pedagógico”, destacó.

*Miguel Casillas Alvarado es licenciado en Sociología por la FCPyS de la UNAM, Maestro en Ciencias por el DIE-CINVESTAV-IPN, y doctor en Sociología por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de Paris. Es socio del Consejo Mexicano de Investigación Educativa A.C., se interesa por temas como la educación superior, historia institucional, políticas educativas y agentes educativos y profesores, estudiantes y TIC. Es profesor e investigador en la Universidad Veracruzana y Coordinador del Doctorado en Innovación en Educación Superior del Centro de Investigación e Innovación en Educación Superior de la Universidad Veracruzana (CIIES-UV) del 10 de febrero del 2020 a la fecha.