Luego de poco más de 24 horas de vuelo, las 81 personas que huyeron de Ucrania por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, llegaron a las 12:54 horas, del viernes al hangar de la Base Militar número 19 en la Ciudad de México provenientes de Bucarest Rumanía.
El avión Boeing 737 -800 de la Fuerza Aérea Mexicana, con capacidad para 160 pasajeros, trasladó a los desplazados, luego de hacer tres escalas a la base militar, ubicada a un costado del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde familiares de los connacionales y medios de comunicación ya los esperaban.
“De verdad ya no sé si reír o llorar, quiero verlo quiero abrazarlo, quiero volver a darle la bendición, nunca él ni nadie pensó que fuera a pasar esto, fue para el muy difícil porque tampoco conseguía boleto para salir precisamente en algunas horas, el 4 de marzo es el cumpleaños de mi hijo pues sí, la verdad lo estamos esperando con un pastelito”, dijo Guadalupe Pérez Méndez mamá de Mario Fernando Méndez Pérez.
El vuelo humanitario de la Fuerza Aérea con 44 mexicanos ,28 ucraneanos, 7 ecuatorianos, un peruano, un australiano y un perro, entró al hangar, donde elementos del Ejército mexicano montaron un dispositivo de seguridad para su arribo.
Tal es el caso de Alma, que espera desde muy temprano a su mamá, quien desde hace varias semanas se encontraba en Ucrania.
“Estaba haciendo algunos asuntos personales, sí tenemos más familia les agradezco la cobertura, pero no me gusta mucho hablar, espero que todo esté bien porque es una situación complicada para nosotros fue muy angustiante y muy traumático”, dijo Alma, hija de Ana.
Con abrazos, besos y lágrimas, así fueron recibidos el primer grupo de desplazados por la guerra, quiénes al pisar el suelo mexicano no dudaron en expresar su alegría y tranquilidad.
“Yo soy peruano, quiero ver a mis hermanos ya quiero estar por allá, comerme un buen ceviche peruano, yo me dirigí a la frontera entre Ucrania y Rumanía y recibí un mensaje de cancillería que estaban haciendo las coordinaciones con la embajada mexicana para que pudiera ingresar a ese vuelo y pude viajar a México y de aquí pueda viajar a Perú, yo sentí mucha alegría”.
Poco a poco, los repatriados fueron entrando a la sala de espera de la base militar, donde fueron documentados para seguir su camino a casa, algunos con sus familiares y otros abordaron un camión que los traslado a un hotel, para el día de mañana, abordar un vuelo a su lugar de destino.