A propósito de los genocidas ahora vueltos jueces de otro genocida.
LENIN TORRES ANTONIO
Haces tiempo escribí un texto que titulé “Los muertos de primera. A propósito de los muertos de segunda y el pensamiento occidental.” (1), haciendo alusión a la tragedia de los muertos provocados por la estupidez humana y su pulsión de muerte (las guerras, las invasiones, la lucha por el poder), y su condición clasista y discriminatoria por naturaleza del ser humano, además de una breve explicación por qué ha fallado nuestra condición social, viene bien algunos párrafos dado que nos encontramos en un momento histérico en que nos han borrado la memoria (el imperio occidental) tratando de que sigamos a pie juntilla el guion de la gramática de dominio y explotación desde un espejismo teórico con que lo justifica.
El contexto que originó el texto es el atentado que el fundamentalismo islámico perpetró en París Francia en el año 2015, y que dejó 130 muertos y 352 heridos.
“El mundo entero está de luto, particularmente Europa entra en duelo y llora por sus 132 muertos y 349 heridos, las muestras de solidaridad al pueblo francés se multiplican por doquier, la Marsella une como las navidades a los Modernos, Occidente clama venganza. Tan sólo una pequeña muestra de esa rabia a la afrenta no se hace esperar, Francia bombardea Raqqa (la capital del autoproclamado Estado Islámico en Siria) en respuesta a los atentados, la primera lanzada por Francia ha consistido en 12 aviones –diez de ellos cazabombarderos como los que se utilizaban para exterminar las ciudades alemanas al final de la segunda guerra mundial, claro, más destructivos-, han disparado 20 bombas sobre posiciones consideradas en manos de los yihadistas, y de seguro los muertos inocentes han rebasado en un instante el número de muertos que hubo en París, tan sólo, “de acuerdo con datos que publicó el tres de agosto la agencia Associated Press, recabados por un organismo independiente llamado Airwars, 459 civiles habían muerto entonces en bombardeos de la coalición anti IS en Irak y Siria”, y todavía no nos horrorizamos con saber que la guerra en Siria cumple cuatro años con más de 210 mil muertos, y tampoco hemos visto la respuesta internacional ni la consternación por esos muertos.”
“Nuestro pésame a todos esos muertos: palestinos, israelís, iraquís, franceses, rusos, estadunidenses, sirios, afganos, etc., víctimas de las contradicciones del pensamiento occidental y de la cruzada por imponer una única visión de la vida.”
“Desafortunadamente, el pensamiento único legitimador paulatinamente se ha empobrecido, y ante esa impotencia de no poder convertirlos a los barbaros en un principio, a los insurrectos después, ahora a los fundamentalistas, de no poder incorporar las diferencias sin anularlas, el fin del diálogo ha cedido su lugar al llamado a la guerra.”
“Qué diferencias hay entre las sentencias de los fundamentalistas islámicos; (mientras sigáis bombardeándonos no viviréis en paz. Incluso sentiréis miedo de ir al mercado), y la de, (Francia será despiadada en su respuesta a estos bárbaros de Daesh). Un encolerizado expresidente François Hollande advirtió ayer. Ninguna, las dos son lo mismo, un llamado a la venganza, a la guerra, a eliminar al otro sin piedad, sin pensar en las consecuencias, el dilema de Antígona luce ingenua, no es cuestión de una ética privada o una ética pública, es la pulsión de muerte que atesora a los humanos.”
“Lo que debemos de lamentar es la muerte de la Letra, su agotamiento como ya lo he dicho, de la palabra, del diálogo, de la racionalidad, de eso de lo que nos sentíamos orgullosos los seres humanos; hemos perdido la memoria, nuestros muertos ya no nos duelen, y principalmente Europa debería recordar a sus muertos de la primera y segunda guerra mundial, y la de sus conflictos intra-étnicos-religiosos (vb. ex Yugoslavia, Rumania, Ucrania etc.). El mundo está enfermo.”
“Ya lo había advertido: la subjetividad diametralmente se empobrece, la riqueza espiritual paulatinamente se dirige al recuerdo, y a los museos, y la erótica del cuerpo, sus espacios se cierran, queda pues un sólo camino, el goce total a que nos lleva la pulsión de muerte. Se hace urgente reconstruir nuestra subjetividad social, y hacer que el Edipo de la filogénesis recupere la autoridad del padre de la horda primitiva, temido y respetado, que nos permita reorganizar la vida social y la tolerancia del estar los unos con los otros, es decir, incorporar las diferencias y los diferentes sin anularlos.”
“Occidente (EEUU, INGLATERRA Y FRANCIA) y ahora RUSIA y CHINA tienen que aceptar que otras elecciones a las nuestras, aunque sean desde otra ideología o filosofía, tienen sustancialidad y ocupan un lugar común en nuestro mundo humano y terrestre: los ciudadanos son desde lo local. Ese vértigo en que hemos encarrilado el destino de la humanidad, en el proceso globalizador y de un sólo hombre universal ha fracasado y nunca se logrará, esto es peor que el comunismo-marxismo-leninismo, porque cuando menos ahí había la intención de un beneficio para todos pensando igual, que la opción del exterminio evangelizador no dejará interlocutores, o sólo zombis sin almas.”
“Occidente (EEUU, INGLATERRA Y FRANCIA) y ahora RUSIA y CHINA deben aceptar que su estrategia colonizadora a través de la fuerza está agotada, salvo que dentro de sus planes sea la eliminación de los diferentes la meta final.”
“No nos convirtamos en los culpables del fracaso del experimento social del orden democrático, y les demos la razón a aquellos quienes refuerzan la teoría Biológico-Genetista de la superioridad entre los hombres, que echa al traste la construcción subjetiva de una igualdad entre todos a partir de una fe ciega en la racionalidad.”
En Tótem y Tabú Freud apela a Darwin para explicar el Edipo filogenético (social), hace caer en la culpa por la muerte del padre de la horda primitiva, el lugar desde donde se construye lo social, el pacto entre los hermanos parricidas, ideal del padre (de la ley) que adviene con mayor virulencia a dictar lo que es (bueno) y lo que es (malo); y cómo la condición social, el lazo, se sostiene a través de esa culpabilidad interiorizada. Cuando hablamos de un Sujeto Enfermo, nos referimos a que de una u otra manera no hay reconocimiento del límite, y el lugar de la Ley que nos protege de no devorarnos entre nosotros mismo, y tolerar al otro como un igual, está colapsado.”
“Es pues ese reconocimiento interiorizado de lo que es correcto, que ponemos en contraste con el acto o el pensamiento incorrecto o malo, lo que nos permite sostener el concepto de comunidad, y compartir una idea de la vida y de la moral. Es pues el problema del mundo, un problema psíquico, ni cultural ni legal ni educativo. Es la caída de marco simbólico que precipita la aparición del sujeto pulsional, narcisista y violento.”
“Cuando hablo de que el mundo está enfermo, y que la letra es pobre, me refiero exactamente a que la interiorización de la culpa ha fallado, y que nuestro marco moral no tiene la suficiente fuerza de ser reconocida, aún con la amenaza de castración o el castigo físico. No hay dolor que nos límite a ver al otro como un enemigo, un extraño, otro que no nos vota la imagen de uno mismo.”
“La historia de la humanidad es la historia de sus guerras, no la historia de sus actos civilizatorios, salvo si se quiere ver como civilizado la Cruzada que occidente se empeña en continuar para convertir a los diferentes en modernos, occidentalmente hablando, y una forma de justificar la guerra y la violencia. Parece pues que la guerra necesaria como a la letra lo dicta Heráclito (la guerra (Pólemo) es la madre de todo, la reina de todo, a uno los revela dioses, a otros hombres, a unos los ha hecho esclavos a otros libres), y el comportamiento de Occidente a lo que decía en otro fragmento, (escuchando incapaces de comprender se asemejan a los sordos: de estos atestigua el proverbio que, estando presentes, están ausentes).”
“Y no desde esa condición de poder aceptar que el mundo, si es plural, es en la medida que aceptemos esa pluralidad como el mosaico que se sostiene porque como dice Heráclito (lo contrario, conviene. Lo contrario es concordante, y los discordante resulta la más bella armonía).”
“¡El hombre ha Muerto!… los últimos vestigios de la civilización occidental se sostienen con el tenue poder de las balas y misiles, ignorando que el canto de las sirenas del pensamiento único legitimador se ha apagado paulatinamente.”
Ahora ante ese cántico unísono y legítimo en favor del sufrimiento del pueblo de Ucrania recordemos y también hagamos nuestros los muertos de Vietnam (3,010,000 vietnamitas muertos), Corea (más de 3 millones de civiles muertos y casi el 15 % de la población del norte muerta), Irak (900,000 muertos iraquíes), Afganistán (más de 46,000 muertos), Palestina (desde el año 2000 han muerto a manos del ejército de Israel 9.476 palestinos en Israel y en los territorios ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza); y mandemos al patíbulo a los que nos quieren enceguecer, quienes quieren borrar de nuestras memorias nuestro sufrimiento y nuestros hermanos muertos por ellos mismo, que al igual que ahora RUSIA asesina a los hermanos ucranianos y también rusos (los soldados rusos).
Como me gustaría leer la historia del mundo, y que el mundo como ahora (#todossomosucrania) hubiera levantado la voz y haber dicho en su momento #todossomoselpueblopalestino, #altoalgenocidiodelpueblodeirak, #todossomossalvadorallende.
Ahora cuando menos hay que hacer un hashtag #todossomoslosmuertosdeucraniavietnamcoreasalvadornicaraguachiletibet etc, en fin, que todos unísonos levantáramos la voz y pongamos un ¡hasta aquí! a los imperios y sus guerras geopolíticas genocidas con que defienden sus intereses a costa del sufrimiento y muerte de niños, ancianos, y jóvenes; víctimas que eufemísticamente llaman “daños colaterales”, y con un hashtag, dijéramos, #fueralosimperiosgenocidasdelmundo, haciendo la salvedad que son sus gobiernos y su visión de la política, no sus pueblos.
Marzo de 2022