En Rusia, influencers protestan contra #Chanel destruyendo sus costosos bolsos luego de que la marca francesa prohibiera vender sus artículos a cualquier persona vinculada al país euroasiático.
En días pasados, la marca de lujo prohibió a ciudadanos rusos comprar sus bolsos y maletas en el extranjero e introducirlos en Rusia. Antes de adquirir el producto, el cliente debe firmar un documento para certificar la medida.
El veto de Chanel se suma al boicot internacional de grandes marcas, y en respuesta las influencers se vengaron de esta manera.
La campaña lleva por nombre Chanel Adiós y está acompañaa por frases como esta:
“Ninguna prenda y ninguna marca valen tanto como el amor a la patria y mi respeto a mi misma”, escribió una de las jóvenes protagonistas. “Estoy en contra de la rusofobia y estoy en contra de la marca que apoya la rusofobia”, concluyó.
¿Qué es la rusofobia?
Oleksandr Pronkevich, en su columna Diario íntimo de la guerra, la describe:
Rusofobia es el odio patológico a todo lo ruso. Es la visión de los rusos como un estancamiento antropológico de la humanidad, como seres inhumanos, brutos con maneras de salvajes. Debemos reconocer que Vladimir Putin, su pueblo y, sobre todo, su Ejército han hecho todo lo posible para que esta imagen se forje en la conciencia colectiva global. Como respuesta, la propaganda putinista afirma que la representación de los rusos como bárbaros es producto de los medios occidentales o que los rastros de cadáveres de los civiles son simulacros u obra de los propios ucranianos.