José Ortiz Medina
-¿Y vas a buscar nuevamente la gubernatura?
-Claro que sí.
Restaurante “Casa de Campo”, carretera a Briones, municipio de Coatepec.
Temperatura agradable. 26 grados. Soleado. Dominguito familiar.
Héctor Yunes Landa desayuna con su esposa Verónica de la Medina y el hijo de ambos, Héctor de 12 años, quien es cinta negra y ya va a la escuela secundaria.
El encuentro fue casual. Fuimos a desayunar con unos amigos. Echamos un vistazo a todas las mesas, pero no habían llegado.
Fue que al fondo, en las mesas de la terraza, junto al río, ahí estaba Héctor con su familia.
Jovial, con camisa de algodón color claro y de manga corta. Conservado con muchos kilos de menos desde hace ya varios años. El gimnasio o la caminadora ya no los suelta, así como una alimentación moderada y equilibrada.
Sonriente, saluda al autor de estas líneas. Le comentamos de su reciente reunión en Córdoba con el empresario transportista, Mario Olvera de Gasperín. Pero no hace mucho, Héctor también estuvo en el cumpleaños de Mario Tejeda, en su rancho Las Palomas, en Tlalixcoyan, encuentro al que acudió también Amadeo Flores Espinosa.
Héctor no para. Se sigue moviendo. Se sigue reuniendo con grupos y actores políticos importantes. Lo mismo recorre el estado de Veracruz de norte a sur, que acude al encuentro con otros personajes en otras partes del país.
Teje todos los días un escenario que se puede dar en 2024. Teje todos los días alianzas y acuerdos, sabedor de que la política es de circunstancias.
Y si en 2016, el contexto le fue adverso, sabe muy bien que todas las elecciones son diferentes.
Hace 6 años, el lastre llamado Javier Duarte y otras variables negativas afectaron al PRI como un devastador tsunami. Héctor mira al horizonte y le pedalea duro, consciente de que el futuro se construye hoy.
O como decía el Maestro Froylán Flores Cancela: la política se conjuga en gerundio. No es: va siendo. Ya se verá qué le depara al ex senador, ex diputado federal y local. Ya se verá.
