Criminales se robaron los cuerpos de los dos curas y también de un guía de turistas

Los padres jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar fueron asesinados el lunes junto con el guía de turistas Pedro Palma Gutiérrez en el templo de la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, en la Sierra Tarahumara de Chihuahua. Después del triple homicidio, los criminales se llevaron los cuerpos.

El ataque inició alrededor de las 13:00 horas, cuando hombres armados perseguían a Palma Gutiérrez, a quien balearon en el atrio del templo de la comunidad de Cerocahui.

De acuerdo con la versión del sacerdote Fernando Martínez, vicario general de la Diócesis de la Tarahumara para el programa Atando cabos, el padre Joaquín salió al escuchar los disparos e intentó meter al hombre a la parroquia para darle los santos óleos, pero uno de los delincuentes entró al templo y disparó contra el sacerdote y también contra el padre Javier, quien llegó al lugar.

Un tercer sacerdote intervino para que los criminales se retiraran, pero no pudo impedir que se llevaran los cuerpos.

La Fiscalía General del Estado de Chihuahua (FGE) informó que el lunes por la mañana también fueron privados de la libertad cuatro personas: dos hombres, identificados como Paul Osvaldo B. y Armando B., así como una mujer y un menor de edad. Fuentes de la comunidad indicaron que las cuatro personas son pobladores del lugar.

Se precisó que fue un hombre el que mató a los sacerdotes y al guía de turistas. Testigos y lugareños lo identificaron como José Noel Portillo, El Chueco, líder del grupo criminal local, a quien se señala como generador de violencia desde Creel hasta Sinaloa.

La FGE indicó que su prioridad era ubicar a los responsables, por lo que se inició un despliegue conjunto con elementos de la Agencia Estatal de Investigación, Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Guardia Nacional y Ejército, quienes realizaban patrullajes en la comunidad, así como en poblados, rancherías y caminos vecinales de la región.

Hasta la noche de ayer no se había brindado información sobre la localización de los cuerpos ni de los desaparecidos.

Por su parte, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) dio a conocer que envió a Chihuahua un equipo especial para colaborar en las investigaciones para el esclarecimiento de estos asesinatos.

Fuentes del gabinete de seguridad informaron que agentes del grupo especial antihomicidios, integrado por elementos de la Coordinación Nacional Antisecuestros y de la Guardia Nacional, se coordinarán con la Fiscalía de Justicia de Chihuahua para las investigaciones que den con los responsables.

Una zona de delincuencia

Al reconocer que es “una zona de bastante presencia de la delincuencia organizada”, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que su gobierno ya está atendiendo el asesinato de los sacerdotes jesuitas.

“Urique está en la sierra de Chihuahua, de Creel hacia adelante, por Temoris, por Chínipas. Es una zona de bastante presencia de la delincuencia organizada. Parece que se tiene ya información sobre los posibles responsables de estos crímenes”, dijo.

Por su parte, la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, señaló que los tres niveles de gobierno coordinan esfuerzos para garantizar la seguridad en la región y aseguró que “se llegará hasta las últimas consecuencias.

“De parte de una gobernadora no vamos a permitir actos como este. A los jesuitas les digo: ‘Cuentan con la gobernadora del estado y el gobierno federal’”, comentó en un mensaje a la población.

“Nos han quitado a hermanos que han sembrado paz en la comunidad tarahumara. Nuestra misión será recuperar la paz y será nuestra manera de honrar su memoria”, agregó.

La clase política se unió a las condenas por el asesinato de los jesuitas. Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, envió sus condolencias a la comunidad católica y advirtió que es momento de reflexionar y revisar la estrategia de seguridad.

Por su parte, el senador Emilio Álvarez Icaza, del Grupo Plural, escribió en Twitter: “La descomposición del país avanza, el dolor también. Ojalá los gobiernos se ocuparan de algo más que las elecciones”.