Café de Mañana | CESAR YAÑEZ Y LA TRANSICIÓN

Por José Luis Enríquez Ambell

La gobernabilidad y la gobernanza – coinciden corrientes de pensamiento de las ciencias sociales – son herramientas que bien operadas son de valiosa ayuda para mantener los equilibrios que permiten avanzar con armonía, paz y concordia social.

El Presidente López Obrador – aficionado y conocedor del béisbol, – creo que calculó este cambio en el tablero del ajedrez como en el terreno de juego del Rey de los deportes,- en busca de eficientar con efectividad la operación política en la recta final de su mandato, de ahí la llegada de César Yáñez Centeno Cabrera a la Subsecretaría de Gobernación, que dicho sea de paso habrá de empezar a dormir poco, trabajar mucho más y hasta comer mal o fuera de horarios, ante la abultada y no menos compleja agenda que tiene desde finales de junio.

En el porvenir, creo que se irán dando otros movimientos en dependencias y quizá hasta en estados de la república en busca de pavimentar el camino para una mejor y mayor operación en el cierre del sexenio y con ello, también edificar la construcción de la transición primero en el Estado de México y Coahuila, previo al relevo presidencial, en ambas cámaras del Congreso de la Unión y estados como Veracruz y sus congresos, entre 2023 y 2024.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador siento que conoce y sabe que Cesar Yáñez tiene condiciones para la articulación del diálogo y enlace para mejores acuerdos con los actores más referentes del País, en especial en este momento con líderes políticos, de opinión en los medios y la economía, pero muy focalizadamente con la Iglesia Católica y otras vertientes en el universo de religiones. No olvidemos que la ceremonia cuando se casó en el 2018 fue oficiada por Monseñor Víctor Sánchez Espinoza, arzobispo de Puebla.

La mezcla de planear la construcción de políticas públicas, el contacto con los medios de comunicación masiva y la sensibilidad institucional, seguro esa trilogía en César Yáñez, harán que Adán Augusto López Hernández pueda desplazarse por el país con más libertad sabiendo hay quien cuide la base de la política interior con gobernabilidad, gobernanza y sin distracciones, o sea, aportando y trabajando más para el Jefe del Poder Ejecutivo, no para promoverse, y su recompensa política será después y como en el béisbol, anotará carrera de caballito, con casa llena en la transición venidera; caminando llegará al Home.

Tuve oportunidad de conocerle muy brevemente entre los años 2000 y 2016, ocasiones suficientes para observar sus talentos y sensibilidad, herramientas vitales para la gobernabilidad y la gobernanza a decir de los que saben del oficio político en las grandes ligas.

Seguro ya empezó a tejer desde la subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación con mano suave y sin reflectores, lo que le permitirá trabajar sin el asedio exterior ni las intrigas en el interior, o sea, como dicta el manual no escrito del quehacer en las instituciones.

Pero, “para que adivinar lo que se va a saber,” decía el Presidente Don Adolfo Ruiz Cortines.

¡ ES CUANTO !