José Ortiz Medina
Fundado por Rubén Pabello Acosta el 13 de septiembre de 1943, el Diario de Xalapa llegó a convertirse en el periódico más poderoso e influyente del estado de Veracruz.
Sin embargo, en los últimos años, comenzó el declive del Vocero de la Provincia, descenso que se debió básicamente a los siguientes factores:
1.- El surgimiento de medios de comunicación digitales y el auge de las redes sociales.
2.- La disminución de los montos de contratos de publicidad con el gobierno del estado, municipios y otros entes públicos.
3.- La disminución de la publicidad privada que migró hacia las redes sociales, fundamentalmente Facebook.
4.- Y el último clavo al ataúd fue la pandemia por Covid-19. Aunado a la crisis económica generada por la propagación del virus, muchos lectores optaron por leer las noticias en formatos digitales, sin riesgo de contagios. Comprar un periódico impreso implicaba desinfectarse después las manos o todo lo que hubiese sido tocado por el papel.
De formato standard, casi siempre, no hace mucho Diario de Xalapa comenzó a imprimirse en formato tabloide, lo cual le dio menos presencia física, y proyectó la imagen hacia los lectores como un medio disminuido.
Este día se sabe que deja la dirección de Diario de Xalapa el talentoso periodista Víctor Murguía Velasco. El colega es acaso uno de los comunicadores más especializados en la fuente política. Fueron legendarias sus primicias en su muy leída columna “Glosario del Momento” y “Sumario político”. Siempre bien informado y con una prosa impecable, no tenemos la menor duda de que Víctor seguirá brillando en cualquier proyecto periodístico que encabece.
Ha trascendido que la ruta que la Organización Editorial Mexicana (OEM), propietaria de Diario de Xalapa, tiene contemplada es desaparecer el medio impreso a corto o mediano plazo, y dejar sólo la versión digital. A ver qué pasa.
Hasta la noche de este domingo, no se sabía quién asumiría la dirección de Diario de Xalapa. Hay el persistente rumor de que llegaría una mujer. Pero quien llegue, será como sacarse la rifa de un tigre… ¡pero de Bengala!
