Por José Ortiz Medina
Para debatir sobre temas financieros se requiere una sólida preparación académica.
Vimos cómo el dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, Sergio Gil Rullán, se aventó al ruedo para “cuestionar” la deuda pública del estado de Veracruz.
Pobrecillo. La verdad, dio lástima ver cómo este egresado de la UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA LATINOAMERICANA EN LÍNEA, intentó “criticar” el manejo financiero del gobierno de Veracruz.
La explicación que dio el gobernador Cuitláhuac García Jiménez con datos y cifras, fue magistral, y eso que no es egresado de Economía, Finanzas Públicas o Administración Pública.
Y es que Gil Rullán no logra dimensionar que concluir un crédito anterior contratando uno nuevo no es sinónimo de un incremento en la deuda (circunstancia conocida hasta por quienes al revisar su correo electrónico advierten publicidad de las instituciones bancarias que llevan por título: “Cambia tu deuda, con nosotros pagas menos”) o simplemente pone en evidencia una triste realidad: el señor Gil sólo busca atraer la atención de los ciudadanos por cualquier medio, incluso aquellos que dejen en evidencia sus limitados conocimientos financieros.
Lo que Don Gil Rullán demuestra es su pobre visión política en un tema donde precisamente el estado Veracruz ha destacado en comparación con las administraciones anteriores, las finanzas del estado. ¡Que alguien le explique a Gil!
Lo que nunca investigó don Gil es que bajo la actual administración de José Luis Lima Franco, Secretario de Finanzas del Estado, las finanzas del gobierno veracruzano gozan de una cabal salud que en muchos años no era vista.
Y prueba de esa salud financiera es el robustecimiento tanto en el incremento en la puntuación realizada por diversas calificadoras internacionales, como en la estabilidad continua en los análisis publicados por el Sistema de Alertas de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público. ¿Sabrá el señor Gil lo que es una calificadora?, ¿se lo habrán enseñado en su UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA LATINOAMERICANA EN LÍNEA?
Pobre señor Gil. Quedó mal parado. Escogió un tema en el que no es experto, y en lugar de exhibir al gobierno, quedó exhibido. De pena ajena.
