José Ortiz Medina / EN CORTO… SIN CORTES
¡Fuera máscaras!… La elección interna de ayer puso al descubierto lo que muchos ya sabíamos, pero que unos cuantos incautos (as) no querían aceptar, ya sea porque tienen una venda en los ojos o bien porque los pocos centavos que les manda Sergio Gutiérrez Luna no les permite informar y comentar de manera equilibrada.
Y es que Sergio Gutiérrez Luna, mejor conocido como «Gutierritos» (y le dicen así por pequeñito o disminuido, y no de «cariño» como él lo ha querido propalar en redes), sólo obtuvo en uno de los centros de votación de Minatitlán -de donde el Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados alardea ser originario-, la friolera de ¡138 votos!
Ello coloca al «minatitleco» en el sótano de los aspirantes a consejeros de Morena.
O sea, el diputadito éste se convierte en un triste y vergonzoso «colero» en la elección efectuada ayer en «su tierra», y en donde su palera, la diputada Jessica Ramírez armó tremendo zafarrancho, por lo que tuvo que ser sometida por la fuerza pública.
Haciendo cuentas de manera somera, el amigo de Mario Delgado no quedó ni siquiera entre los primeros diez candidatos a consejeros en Mina.
Nosotros ya sabíamos que «Gutierritos» no llegaba ni siquiera a «Tigre de Papel», sino más bien a un minino de barrio.
Pero sus corifeos saldrán a defender lo indefendible y a soltar otra vez su sarta de estupideces de que el candidato a gobernador debe ser Sergio Gutiérrez Luna porque está «mejor posicionado» en las encuestas que Rocío Nahle. Pobrecitos, hasta lástima da leer semejantes barbaridades.
Por favor, señores y señoras lame-botas de «Gutierritos». Sean más objetivos y admitan que su ídolo con pies de barro si no puede ganar en una casilla, mucho menos podrá ganar ya no una gubernatura o una senaduría, vamos, ni siquiera una diputación federal por votación directa, o sea, por el principio de mayoría relativa o uninominal.
Por eso es que, ya a fin de cuentas, «Checo» preferirá que lo reelijan como candidato a legislador por la vía plurinominal, que es lo único -gracias a oscuros acuerdos- puede lograr: ser «parlamentario» por la vía del «dedazo», y seguir mamando del presupuesto, ese al que los ciudadanos contribuimos con nuestros impuestos.
Pero este vividor de la política seguirá en los próximos días, semanas y meses con la cantaleta de que desea «gobernar» a los veracruzanos. Y de igual forma seguiremos leyendo almibaradas loas en torno a este triste personaje al que apenas en su casa -y unos cuantos vecinos- lo conocen.






