En Corto… Sin Cortes | COSAUTLÁN, PEOR QUE SAYULA: SE DESATARON TODOS LOS DEMONIOS

Por José Ortiz Medina

Desde el inicio de las actuales administraciones municipales, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez fue enfático al exhortar a los alcaldes entrantes que no se dejaran seducir por el crimen organizado, que no hicieran acuerdos ni pactos con los “malandros”.

Pero al parecer, muchos munícipes hicieron caso omiso.

Ahí está el caso de Sayula de Alemán, en donde la alcaldesa se enredó con el tema de la inseguridad. No se sabe si hizo pactos con alguno de los dos grupos delictivos que se disputan el dinero del ayuntamiento, pero de que está enredada en una maraña, eso ni duda cabe.

Pareciera –insistimos, pareciera- que la edil hizo acuerdos con uno de los dos bandos, y ahora se quiere echar para atrás.

Tarde que temprano, Lorena Sánchez tendrá que dejar la presidencia municipal, y el Congreso local deberá nombrar un presidente municipal sustituto. Ha cometido muchos errores, y en política los errores se pagan caro.

Mira que ir a chillarse con Ciro Gómez, acérrimo enemigo de la 4T. Y eso del “secuestro” del hijo nunca quedó claro. Lorena es una chiva en cristalería. No garantiza gobernabilidad en su municipio. A estas alturas ya no garantiza nada. El gobierno del estado tratará de sostenerla en el cargo lo más que se pueda, pero llegará un momento en que la edil será insostenible. Al tiempo.

Pero pareciera que otros alcaldes ven las barbas de sus vecinos recortar y no ponen las suyas a remojar.

Un caso que se puede también salir de control es Cosautlán, en donde el “junior” que allá desgobierna, habría tomado la “salomónica” decisión de pactar con las dos bandas criminales que tienen asolada la región. Una de ellas es la de “Los Ortiz” u “Ortices”, y la otra es la que lidera “El Guazón”, recientemente detenido, y que los pobladores temen que lo vayan a soltar o bien por falta de pruebas o bien por inconsistencias en el proceso. Pero más allá de si liberan al “Guazón”, es bien sabido que este tipo de delincuentes, desde la cárcel, siguen comandando y dando órdenes a sus cómplices para seguir sembrando el terror entre la ciudadanía.

Pero el caso es que al munícipe emecista se le hizo muy fácil no tener broncas con ninguna de las dos células criminales, y habría adoptado la famosa fórmula de “dejar hacer, dejar pasar”.

El detalle es que aunque la autoridad municipal les haya dado manga ancha o repartido el pastel entre ambos grupos delictivos, las diferencias, los celos o las revanchas entre las dos facciones son inevitables. Esto explica por qué en días recientes se ha desatado una ola de violencia en Cosautlán, al registrarse levantones y asesinatos.

La gota que derramó el vaso fue la muerte de un chavito de 17 años de edad, quien presuntamente fue víctima del fuego cruzado entre ambas bandas. Es decir, derivado de un daño colateral.

Se comenta en aquella zona que uno de los tantos motivos que ha generado crispación entre las dos bandas, habría sido el hecho del robo de un tráiler que fue hurtado hace como tres semanas.

Aseguran que el tractocamión fue robado por el grupo de “Los Ortiz”. Pero lo que provocó molestia al “Guazón” es que la unidad automotora fue abandonada, ya medio desvalijada, en una bodega propiedad de la máxima autoridad de Cosautlán.

Y como se dio el “pitazo” de que el tráiler se encontraba en la bodega del gran Tlatoani cosauteco, decidieron llevarse los restos del mismo a una zona limítrofe con Puebla y los arrojaron a un barranco.

En otras palabras, para “El Guazón” y su gente, les quedó claro que el trato no era tan “equilibrado” o “equitativo” entre las dos bandas, sobre todo porque del cuantioso botín que representó la carga del tráiler (dicen que eran alimentos) sólo se repartió entre “Los Ortiz” y el “junior” que desgobierna Cosautlán.

Aunado a lo anterior, se sabe que la comandancia de SSP con sede en Xico, desde hace rato hace como que no se entera de lo que pasa en Cosautlán de Carvajal. Se presume que los malandros pagarían cuotas a los mandos policíacos para que no se las hagan de tos.

Así las cosas, y no tarda el dirigente estatal de Movimiento Ciudadano a querer defender lo indefendible –como hicieron con el caso del secretario Técnico de la Jucopo del Senado- y decir que el alcalde de Cosautlán es una blanca palomita.

No sería mala idea que la FGE haga una investigación a fondo en Cosautlán, que –al igual como lo hizo con el presidente municipal de Rafael Lucio- también cite a declarar al alcalde cosauteco, José Antonio Valdivia Huerta.

Tampoco estaría mal que la Guardia Nacional monte operativos en esa zona, porque los de SSP pareciera que están coludidos con los malandros locales.

Lamentablemente Cosautlán siempre ha sido un pueblo violento, pero nos comentan que ahora sí se han desatado todititos los demonios.