Decenas de miles de personas rindieron homenaje de forma ininterrumpida a Isabel II durante 24 horas en la catedral de St. Giles, en Edimburgo, a una reina que “siempre estuvo ahí para nosotros”, como expresó a Efe Edward Potallo, un hombre que pudo asistir a su coronación en 1953.
“La primera vez que la vi, fue cuando fue coronada. Me llevaron a su coronación cuando tenía nueve años”, relata Potallo tras despedirse de la soberana.
Isabel ascendió al trono a sus 25 años al morir su padre, el rey Jorge VI. En aquella época, Reino Unido salía de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial.
“Detrás de todo -prosigue Potallo rememorando aquel primer encuentro-, había un equipo de televisión. Era la primera vez que veía una televisión”.
Isabel II fue una monarca que durante su largo reinado impactó a varias generaciones. “Es un privilegio poder asistir a la catedral esta mañana”, declaró a Efe Molly Gilroy, una joven inglesa que se acercó a “presentar mis respetos en nombre de mi familia.”
La reina falleció el pasado jueves, 8 de septiembre, en el castillo de Balmoral, en Ballater, en la región escocesa de Aberdeenshire.
El ataúd de la difunta reina británica se encontraba “adornado con hermosas flores” y “su corona en la cabecera, donde la gente se inclinaba y hacía sus reverencias”, describió Gilroy.
La capilla ardiente de la monarca cerró las puertas pasadas las 15:00 hora local, tras permanecer abierta toda la noche anterior, y el féretro después siguió su rumbo al aeropuerto de Edimburgo en su ruta a la capital del Reino Unido, Londres.