Por José Ortiz Medina
Javier Herrera Borunda quiere ser candidato al Senado, por el estado de Veracruz.
Pues solamente que le den la “pluri” pues este chamaco nunca ha podido ganar directamente en las urnas un cargo por mayoría relativa, pero hasta eso, quién sabe si logre ser legislador de la Cámara Alta por el principio de representación proporcional, pues en breve serán eliminadas con la reforma electoral que propone AMLO, ya sea en el plan “A” o en el plan “B”.
Y de candidato al senado uninominal, ni de broma gana Javier, ni solito por el PVEM ni en alianza con Morena y PT.
Lo que pasa es que Javiercito le apuesta al “cariño” que a su papá le tienen aún algunos veracruzanos, sobre todo de las clases populares.
Pero Fidel es otra cosa. El político cuenqueño –que aún sigue estando delicado de salud- es carismático, cercano a la gente.
Nada que ver con su vástago, un muchacho prepotente, soberbio, que saltó de lo verde a lo podrido.
Fidel es un político profesional, y no como Javier que posee una piel más delgada que una cáscara de cebolla.
Ante las primeras críticas, Javier se encoleriza y manda mensajes agresivos a sus críticos. Y si no, que le pregunten a este columnista.
Pero además, el pueblo ya está harto de que les quieran imponer como candidatos a juniors de la política. Ejemplos abundan, pero uno muy reciente fue la derrota que sufrió en 2018 Miguel Ángel Yunes Márquez.
Querer obtener cargos de elección popular sólo por ser descendiente de un político famoso, es casi como querer emular remedos de mini monarquías.
Pero en fin, ya se verá. Aunque después de todo, cómo nos gustaría que la alianza Morena-PT-PVEM postulara como candidato al senado a Javier Herrera Borunda, sólo para tener el placer de ver la madr…za que le van a acomodar en las urnas. Ya desde ahora iremos comprando las palomitas para disfrutarlo en primera fila.