Una de las preguntas más frecuentes de la película Titanic es si existió o no el diamante Corazón del mar, la joya que Rose DeWitt Bukater recibió de manos de su prometido Caledon Hockley y que motiva a la expedición con la cual inicia la cinta.
La respuesta es que el Corazón del mar no fue algo real dentro de la embarcación Titanic que se hundió en 1912, sino un objeto creado por James Cameron para ser parte de la trama de la cinta protagonizada por Kate Winslet y Leonardo di Caprio.
La joya aparece en varias ocasiones en la película en el cuello de Rose, pero también se vuelve un punto crítico en la disputa de Caledon contra Jack Dawson y el motivo por el cual termina esposado en un camarote de la seguridad del barco al ser acusado de robo.
El Corazón del mar termina en el fondo del océano cuando el personaje de Rose lo arroja desde la embarcación a la que fue llevada.
La pieza que se utilizó en la película estuvo fabricada en oro blanco y circonita por un valor de ocho mil dólares. En la cinta se dice que provenía de la corona de Luis XVI y estaba elaborada en un diamante azul en forma de corazón de 56 quilates.
Aunque no fue real, El Corazón del mar se encuentra custodiado en las bóvedas de los estudios por su valor sentimental, pero también ha estado en exposiciones.
¿En qué se basó el Corazón del Mar?
Existen teorías de que la piedra está basada en el diamante Hope, una pieza de color azul marino de 45 quilates exhibido en el Museo Smithsoniano.
Se cree que la piedra tiene una maldición luego de haber sido robado del santuario dedicado a la diosa Sita en la India.
La joya fue parte de la realeza francesa hasta que fue robada en plena revolución cuando Luis XVI y María Antonieta fueron decapitados. Después pasó décadas perdido hasta que en 1839 lo compró Henry Hope en Inglaterra, motivo por el cual ahora se le conoce como diamante Hope.