José Ortiz Medina
Aunque los números no le dan para ser candidato a gobernador, sino para una diputación federal o local por la vía plurinominal –como abanderado uninominal no gana ni en la casilla donde vive-, de inmejorable fuente nos enteramos que desde hace un mes Manuel Huerta Ladrón de Guevara ya prepara la documentación en la oficina de la delegación del Bienestar, y estar así listo para la entrega-recepción.
Y aunque sería como por diciembre de este año que muchos servidores públicos podrían separarse de sus funciones para poder competir por un cargo de elección popular en 2024, lo cierto es que ha cobrado fuerza la versión de que dichas renuncias podrían adelantarse, y chance se lleven a cabo allá como por septiembre.
Y así, Huerta prepara ya maletas para ser ungido como abanderado para una diputación, aunque sus corifeos alardean que será para una Senaduría. El detalle es que si por cuestión de género, se determina que sea mujer la candidata a un escaño en la Cámara Alta, pues Manuel no tendría mayores posibilidades de ser nominado para esa responsabilidad legislativa.
A Huerta le depara más bien una diputación federal, cargo que ya ostentó hace décadas por el Partido de la Revolución Democrática. Y a fuerza de decir verdad, fue buen tribuno. Se le da, y bien, eso de la oratoria en la Cámara. Es gritón, sabe argumentar y lanzar dardos a los grupos legislativos contrarios. La esgrima verbal es lo suyo, como buen gladiador de izquierda.
Huerta se va, pero no como candidato a gobernador. Jamás creció en las encuestas. Del cuarto sitio nunca pasó. Se quedó estancado. Esa postulación, salvo que haya un cataclismo u otro imponderable, será para la actual secretaria de Energía, Rocío Nahle, a quien todo le ha salido bien, y en julio de este año logrará que la refinería Olmeca, ubicada en Tabasco, refine los primeros barriles de gasolina. De eso no cabe la menor duda.
Pese a haber estado montado sobre una mega estructura de apoyos a los ciudadanos, Huerta no supo aprovechar esa plataforma. Y es que realmente no tiene carisma. Jamás hizo clic con los ciudadanos.
Huerta prepara maletas, pero no cumplirá sus sueños de gobernar Veracruz. Será uno más, uno del montón, ya sea en el Congreso Local o en el Palacio de San Lázaro.
