Por Luis humberto Tejeda Taibo
No hace falta ser un discípulo de James Bond, ni dirigir una oficina de espionaje, para darse cuenta de lo que intenta la oposición desde la Suprema Corte de Justicia o del Instituto Nacional Electoral.
La suerte está echada, dijo hace muchos años Julio César, al cruzar el Rio Rubicón con su ejército rumbo a Roma en contra de la orden del Senado.
La Suprema Corte de Justicia, con la Magistrada Norma Piña al frente, hace el uno-dos con el INE de Lorenzo Córdova: el Poder Judicial no da tregua, no hay una sola resolución que salga a favor de una propuesta, de una litis o de una demanda jurídica de MORENA, del presidente López Obrador o algo que pueda perjudicar a la oposición.
El presidente al llegar al Poder Ejecutivo enfrentado a un sector empresarial hostil y una prensa en su mayoría en contra; poco a poco los ha ido doblando o en el mejor de los casos desnudando en sus intenciones de derrumbar la 4T; al no poder los partidos contrarios a MORENA encontrar un liderazgo que pueda consolidar los yerros o los reclamos en contra del Gobierno, pues han tenido que hacer equipo con los organismos autónomos y del Poder Judicial.
De Alejandro Moreno, Marko Cortés, Claudio X. González, Gustavo de Hoyos, etc., ni se hace un personaje que pueda levantar la bandera y contrarrestar al gobierno.
Los mejores golpes en contra del presidente López Obrador han salido, lo crea o no usted, de periodistas como Carlos Loret o Brozo, así pues, no se puede aspirar a mucho electoralmente hablando.
Sin embargo, a través del INE, Lorenzo Córdova –bajo el argumento del peligro en qué se encuentra la democracia en México– (aunque la verdad es menos romántica, pues lo que trata es mantener los privilegios de la elite de este instituto) se ha convertido en un tipo contestatario y un verdadero fenómeno de redes sociales para levantar a la clase media y a los incautos en defensa de este instituto y en contra del Gobierno.
Hoy el INE cuenta con un aliado poderoso que es la Suprema Corte de Justicia de la Nación y su presidenta Norma Piña, quien enojada por no haber sido apoyada en la elección por el presidente López Obrador, hoy le da palo tras palo a recursos en contra de los intereses opositores.
¿A dónde terminara está lucha ya de frente y sin disimulo? Pues nadie lo puede saber en este momento.
Lo que sí es obvio es que hay toda una revuelta blanda en contra de la 4T con rumbo a las elecciones del 2024, pues al no estar bien posicionados los opositores en ninguna encuesta ni propia ni ajena, apuestan al descrédito, al desgaste y a la percepción que puedan mover a su favor desde estos dos entes.
No queremos defender los yerros que desde luego ha tenido el Gobierno, pero extraño y muy raro estos mismos entes, antes estuvieran callados y en silencio.
Es de escándalo la devolución de las cuentas a la esposa de García Luna, la defensa férrea a los ofensivos sueldos y prestaciones de los funcionarios del INE.
Eso sí, siempre bajo el mismo guión: “está en peligro la democracia”
¡Es cuánto!