José Ortiz Medina
Podrá a muchos caerle mal o bien el Jefe de la Nación, pero nadie podrá negar que el tabasqueño es un auténtico costal de mañas. Se las sabe de todas, todas.
AMLO es una especie de ilusionista de la política. Siempre tiene un plan “B”, “C”, o “D”, etc… o por lo general se guarda un as bajo la manga.
AMLO es un mago de la política.
AMLO es un viejo lobo de mar
Pocos y pocas se han dado cuenta que el truco de mandar a Adán Augusto López al ruedo de las “corcholatas”, no fue más que una estrategia para relegar al líder de los senadores morenistas, Ricardo Monreal, al cuarto lugar en las encuestas, y AMLO ¡lo logró!
Y Adán lo sabe, que es una corcholata ficticia.
Pero lo irrisorio es que los tontos seguidores de Adán sí se la han creído. Creen que en verdad el secretario de Gobernación “tiene posibilidades” de ser ungido. Ternuritas.
La candidata de AMLO es Claudia, luego de que Marcelo Ebrard, durante la pandemia, se quiso pasar de listo y lo bajaron del caballo.
A ver: por elemental lógica y sentido común: ¿por qué Cuitláhuac García, uno de los gobernadores más cercanos a AMLO, se la está jugando con Claudia Sheinbaum? Sobran las explicaciones.
Y salvo un cataclismo, Claudia será la candidata, y Rocío Nahle la abanderada a la gubernatura por Veracruz.
Y ambas con muchas posibilidades de ganar, porque como dijera ese viejo lobo de mar que despacha en Palacio Nacional, la oposición está moralmente derrotada.
¿Así o más clarito?