Bella, una gatita de 14 años de edad, ha batido el Récord Guinness por el ronroneo más fuerte realizado por un felino actualmente vivo… dejó escapar un ronroneo de 54.6 decibeles, equivalente al ruido de una tetera hirviendo.
Nicole Spink, la orgullosa dueña del gata, origibaria de Huntingdon, Cambridgeshire (Reino Unido), dijo que “no podría estar más emocionada de que Bella haya batido el récord mundial”.
“Ella ha sido la compañera de nuestra familia durante muchos años; la amamos muchísimo y estamos muy orgullosos de su logro”, dijo en entrevista a los medios. “Siempre supimos que Bella tenía un ronroneo muy fuerte; incluso tenemos que subir el volumen para escuchar el televisor por encima de su ronroneo, y eso siempre ocurre después de las comidas. Entonces, cuando vimos que el récord del ronroneo más fuerte del mundo estaba en juego, supimos que teníamos que presentar a Bella y estamos muy contentos de haberlo hecho”.
Dave Wilson, el juez oficial de Guinness World Records que supervisó el intento de Bella de batir el récord, afirmó que grabar la hazaña de Bella, él y un ingeniero acústico bloquearon los ruidos externos en la casa de Huntingdon e instalaron dispositivos de grabación para registrarlo. Se acomodó en su cojín favorito preparándose para romper el récord, comenzó a ronronear y los “resultados fueron inmediatamente obvios”.
“Siempre es un día emocionante cuando existe la posibilidad de un nuevo récord mundial, así que esperábamos con anticipación para ver si Bella sería capaz de lograrlo”.
Sin embargo, si bien el ronroneo de Bella es impresionante, el certificado especifica que es el “ronroneo más fuerte de un gato doméstico (vivo)”, Según Guinness World Records, el ronroneo del gato Smokey alcanzó la asombrosa cifra de 67.7 dB en marzo de 2011, registrado en Pitsford, Northamptonshire (Reino Unido). Y este récord fue batido por Merlín de Torquay, Devon , que tenía 13 años en ese momento y alcanzó 67.8 dB, de forma controvertida.
Los 65 dB es generalmente el nivel de una conversación normal y casi tan fuerte como una risa (70 dB). Ambos gatos han muerto desde entonces, pero la dueña de Smokey, Ruth Adams, logró que su difunta mascota volviera a los libros de récords argumentando que “ningún lector de decibeles en el mundo, incluso en una habitación científica insonorizada, puede ofrecer una lectura precisa, ya que existe un margen”.
Todas las máquinas tienen un margen de error en la medida de 0,6 dB a 2 dB. En homenaje a sus esfuerzos, los Récord Guinness honraron a Merlín y Smokey con el primer puesto por el ronroneo más fuerte jamás visto, revisando el intento de 2011 hasta 67.8 dB.