Y de pronto, los mariachis callaron. Como flor de un día, Sergio Gutiérrez Luna, y sus panegiristas hicieron mutis ante los pésimos resultados de su alocada campaña por la gubernatura, derrochando carretadas de dinero a diestra y siniestra en columnistas y opinadores que de la noche a la mañana descubrieron las “cualidades” del mexiquense-sonorense, y ahora se desviven en elogios a Rocío Nahle, de quien se dieron vuelo criticándola de manera misógina y hasta grosera, por encargo de Gutierritos, y ahora hacen como que la virgen les habla olvidando los agravios, el vituperio y hasta la ofensa a la ex secretaria de Energía. Gutierritos es y seguirá siendo el advenedizo que siempre fue; acomodaticio y falto de memoria, pues decía ser veracruzano cuando nunca tuvo arraigo; nunca se le vio en Veracruz hasta que se sintió con “posibilidades” de ser candidato y entonces sí, recordó que era veracruzano.
Los aplaudidores de Gutierritos en el pecado llevarán la penitencia pues si bien Rocío Nahle es una dama en toda la extensión de la palabra, no olvida -ni olvidará- los nombres de quienes envalentonados por las dádivas de Gutierritos, no dudaron en verter el veneno de la insidia y el falso testimonio, creyendo que con ello ayudaban a su candidato, quien demostró una vez más que nunca tuvo un ápice de congruencia, acostumbrado a la chamba fácil, al rollo mareador y a los desfiguros como aquella vez que utilizó el salón del pleno de la Cámara de Diputados para jugar futbol, o el show tragicómico de los aliens de Maussan. Ese es Gutierritos y ese será por siempre.
Y de pronto, los mariachis callaron. Como flor de un día, Sergio Gutiérrez Luna, y sus panegiristas hicieron mutis ante los pésimos resultados de su alocada campaña por la gubernatura, derrochando carretadas de dinero a diestra y siniestra en columnistas y opinadores que de la noche a la mañana descubrieron las “cualidades” del mexiquense-sonorense, y ahora se desviven en elogios a Rocío Nahle, de quien se dieron vuelo criticándola de manera misógina y hasta grosera, por encargo de Gutierritos, y ahora hacen como que la virgen les habla olvidando los agravios, el vituperio y hasta la ofensa a la ex secretaria de Energía. Gutierritos es y seguirá siendo el advenedizo que siempre fue; acomodaticio y falto de memoria, pues decía ser veracruzano cuando nunca tuvo arraigo; nunca se le vio en Veracruz hasta que se sintió con “posibilidades” de ser candidato y entonces sí, recordó que era veracruzano.
Los aplaudidores de Gutierritos en el pecado llevarán la penitencia pues si bien Rocío Nahle es una dama en toda la extensión de la palabra, no olvida -ni olvidará- los nombres de quienes envalentonados por las dádivas de Gutierritos, no dudaron en verter el veneno de la insidia y el falso testimonio, creyendo que con ello ayudaban a su candidato, quien demostró una vez más que nunca tuvo un ápice de congruencia, acostumbrado a la chamba fácil, al rollo mareador y a los desfiguros como aquella vez que utilizó el salón del pleno de la Cámara de Diputados para jugar futbol, o el show tragicómico de los aliens de Maussan. Ese es Gutierritos y ese será por siempre.