En el café Don Justo de Plaza Américas de Xalapa, hace 14 años, Javier Duarte de Ochoa nos comentó: “Yo no sabía de la existencia de Eduardo Sánchez Macías, hasta que en una gira por Martínez de la Torre, Eduardo me abordó y me dijo: Karime es mi prima”.
“Esa noche, al llegar a casa, le dije a Karime: oye, me encontré a un cabrón en Martínez de la Torre y me dijo que es tu primo. Se llama Eduardo Sánchez Macías, y me comentó que su familia es de Chiapas. Me dijo de quién es hijo, y toda la cosa”, nos relató Javier, tras añadir: “y para sorpresa mía, Karime me respondió: ´sí, es mi primo´”.
Desde entonces, Eduardo Sánchez Macías y sus empresas periodísticas crecieron como la espuma, y hasta llegó a ser diputado local.
La historia de opulencia, prepotencia y lujos es largo de contar…
Pero ahora, Eduardo y sus hermanos están en declive. Han tenido que cerrar algunos de sus periódicos impresos y ahora nos enteramos que hasta están rematando sus camionetas y autos de lujo. Bien decía Manuel H. Naranjo, alias El alacrán: “nada es para siempre”. (En Corto / José Ortiz).
