Un extraño huevo de gallina que data de la época romana fue hallado en la localidad de Berryfields, Reino Unido, sin embargo lo que llamó la atención es que aún conserva intactas la yema y la clara líquidas en su interior.
El artefacto “raro y emocionante”, que data de hace mil 700 años, tenía aproximadamente 4 centímetros de ancho y estaba en un pozo anegado, lo que se cree que ayudó a la increíble conservación del huevo.
De acuerdo con Daily Mail, Dana Goodburn-Brown, arqueóloga de DGB Conservation, realizó una micro tomografía computarizada del huevo, que confirmó que todavía está lleno de líquido y una burbuja de aire.
“Fue un momento emocionante cuando vimos por primera vez la burbuja de aire en el interior y luego decidimos girar el huevo y mirar de nuevo para ver si la burbuja se movía, y así fue”, explicó la experta.
Tras descubrir el estado del antiguo huevo, los científicos determinaron no realizar ningún tratamiento invasivo porque es muy raro y su contenido posiblemente tenga un enorme valor científico.
“Las cáscaras de los huevos son porosas y cualquier cosa que se coloque sobre la superficie de la cáscara también podría contaminar el contenido interior”.
En tanto, Oxford Archaeology, que supervisó las excavaciones, dijo que el huevo probablemente se conservó como resultado de haber sido colocado en un pozo anegado, por lo que alguien pudo haberlo puesto dentro de la canasta y en un pozo romano para la buena suerte.
En la sociedad romana, los huevos simbolizaban la fertilidad y el renacimiento, por lo que es posible que de alguna manera estuvieran relacionados con otro objeto colocado allí al mismo tiempo.
El huevo fue llevado recientemente al Museo de Historia Natural de Londres para obtener la opinión experta de Douglas Russell, el curador principal de huevos y nidos de aves del museo.
Se han encontrado cáscaras de huevo en otros yacimientos romanos del Reino Unido antes, pero nunca un huevo completo, y mucho menos uno con líquido conservado en su interior.
El huevo fue uno de los cuatro descubiertos durante las excavaciones en Berryfields entre 2007 y 2016 antes de una nueva urbanización.
Formaban parte de una colección “extraordinaria” de artículos, que también incluía una cesta tejida, vasijas de cerámica, monedas, zapatos de cuero y huesos de animales.
Sin embargo, tres de los huevos se rompieron liberando un “potente hedor a huevo podrido”, calificado de “inolvidable” e “increíblemente sulfuroso” por los presentes.