Encuentran en Yucatán una cueva con pinturas rupestres, así como vestigios arqueológicos, osamenta en el cenote y vasijas, un sitio que por las condiciones era usado para realizar rituales.
Esta inspección fue en conjunto con antropólogos, arqueología subacuática, así como investigadores del INAH .
Sergio Grosjean, investigador yucateco, uno de los encargados de la expedición dio detalles al Excélsior de este descubrimiento:
“Es muy interesante porque encontramos figuras geométricas no identificadas, hay personajes, guerreros, pensamos que es una cueva ritual, los mayas hacían diversos rituales para una buena cacería o cosecha de miel”
La cueva está rodeada de un cenote donde al inspeccionar encontraron osamentas, así como vasijas.
Además en este lugar y con la llegada de la primavera, encontraron que en estas fechas del equinoccio, se desarrolla un fenómeno de luz y sombra que se proyecta en las pinturas.
“Cuando bajé observé que había un fenómeno de luz y sombra; es decir el tipo de luz que entraba iluminaba las paredes donde se encuentra estas figuras geométricas, los mayas no hicieron al azar esas figuras en esa pared, lo hicieron en ese lugar preciso que tenía relación con el equinoccio, que para los mayas marcaba el inicio de la primavera, el proceso de roza, tumba y quema para sus campos”. Informó Sergio Grosjean.
Por ahora el lugar permanece en anonimato por seguridad, pero en un futuro podría abrirse para que el público disfrute, siempre y cuando esté custodiado por los pobladores.
Se tiene que bajar hasta 20 metros, por lo hay que usar las medidas de protección:
“Luego que esto ya entró al consejo de arqueología, esta inspección, es plantear hacer andadores para que la gente pueda entrar y ver estas pinturas geométricas que encontramos en una cueva; que es compleja entrar, hay que hacerlo a rapel, con casco y encontramos en el sitio igual osamentas, todo esto nos habla que fue en el periodo prehispánico, no sabemos en que época, pero hemos identificado elementos que marcan que son cien por ciento prehispánicos.”
Los investigadores lo califican como una de las cuevas más importantes utilizadas por los mayas prehispánicos para el encuentro con sus deidades y que esperan sea resguardada.