Juan Javier Gómez Cazarín*
En el día 1 de su campaña, Rocío Nahle demostró su estatura y su madurez política, confirmándose como la persona idónea para gobernar a Veracruz en la segunda etapa de la transformación del Estado.
Creo que son dos los principales rasgos que demostró ayer y que la definen de manera positiva:
Primero, la templanza con la que respondió (o mejor dicho, no respondió. O más preciso: respondió no respondiendo) a las provocaciones, la operación cobarde y las calumnias, no sólo de ayer, sino de las últimas semanas.
La oposición misógina, machista y desesperada por la diferencia inalcanzable que los separa de ella ha recurrido a las tácticas de la Derecha, en general, y del yunismo, en particular. El acoso, la marcación personal, búsqueda de la reacción negativa, la construcción y difusión de mentiras, algunas elaboradas, otras de plano muy burdas.
Es la estrategia del chaquiste, que no te hace daño, ni te disminuye, ni mucho menos te acaba, pero busca distraerte, imponer su agenda, llevar tu discurso a lo que ellos quieren que digas. Ellos están abajo y les urge que les hagas caso.
Pero Rocío ha sido más inteligente: no se engancha, no les contesta, los ignora, los pone en su lugar y les confiere el trato que merece su diminuta estatura política y moral. Querían provocarla y no pudieron.
Y el segundo rasgo subrayable de Rocío es su visión del Veracruz futuro:
Mientras los otros hacen berrinches por la presencia del morenismo en lo que consideran equivocada y mezquinamente “su plaza”, olvidando que es de todos los veracruzanos (como bien se los dijo el diputado Gerardo Fernández Noroña), Rocío se alista a gobernar.
Rocío presentó ocho ejes temáticos que contienen 80 compromisos específicos, mismos que prácticamente delinearon su propuesta, que ya no parece de campaña sino de Gobierno, coordinado con el que será de Claudia Sheinbaum.
Y es que la candidata tiene muy claro y está perfectamente enfocada en lo que necesita Veracruz para seguir avanzando en la nueva época de la 4T en México.
Bienestar y Justicia Social; Desarrollo Económico; Infraestructura; Educación; Salud; Campo, Ganadería y Pesca; Turismo y Cultura; Seguridad y Derechos Humanos.
Eso es lo que de verdad importa a las veracruzanas y a los veracruzanos y no los chismes y las guerras sucias. Por eso ella va a ganar. Por la tranquilidad que representa dejar la conducción de Veracruz en manos de una mujer como ella. Con Rocío, Veracruz tiene rumbo.
*Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.