El retorno del “Chilly Willy”

José Ortiz Medina / EN CORTO SIN CORTES

Eric Lagos siempre fue un chavo muy abusado, muy listo. Siendo legislador Fidel Herrera, el oriundo del municipio de Isla se ganó el afecto y reconocimiento del político cuenqueño porque el sobrino de Silvio Lagos Martínez tenía una prodigiosa memoria.

En la época en la que los teléfonos celulares eran aún muy rupestres, Eric se sabía de memoria al menos unos cien teléfonos.

Así que cuando Fidel le pedía a Eric comunicarlo con cualquier personaje de la política local o nacional, ese joven de inmediato enlazaba la llamada.

Eric fue escalando, y ya con Fidel como gobernador, este muchacho logró ocupar posiciones insospechadas: desde la dirigencia estatal del otrora partidazo hasta llegar a la posición número Dos en Palacio de gobierno en el duartismo.

El mismo Javier Duarte festejaba las ocurrencias o chispazos de Eric.

Cuenta el gordo que en una ocasión, cuando llegaron militantes priistas inconformes a la explanada del edificio de Ruiz Cortines, ya los esperaban un “trompo” de carnes al pastor y una hielera con jugos, aguas y refrescos… todo totalmente gratis y por cortesía del presidente del CDE del PRI. Aunque el lidercillo que encabezaba la protesta les gritaba que no consumieran eso, pues se trataba de una “trampa”, fue demasiado tarde. Nadie hizo caso y desesperados engullían los tacos e ingerían ansiosos las bebidas. Así que cuando Eric mandó llamar a una “comisión” para “dialogar”, los cabecillas de ese movimiento fueron “planchados” en un santiamén.

Pero esas son glorias pasadas. Ahora, con sus ex jefes en la desgracia -uno en la cárcel y el otro postrado y aislado tras dos infartos cerebrales- Eric Lagos no es ya ni la sombra de lo que fue. Por si lo anterior fuese poco, el ex secretario de Gobierno enfrenta un cáncer que le ha menguado las fuerzas y la voluntad.

Tampoco tiene ya Eric Lagos las legendarias maletas de dinero con las que solía “operar” en la era priista.

¿Qué representa ahora Eric Lagos? Pues casi nada. Apenas le quedan fuerzas para atender su cáncer terminal con medicina alternativa aplicada por un médico extranjero en el estado de Puebla. Lamentable, pues sí. Más allá de su ideología y preferencias partidistas, es un ser humano y es triste lo que le pasa.

Por eso es que ahora que Pepe Yunes posa para la foto junto a Eric Lagos, queda la duda de qué tanto puede aportar el nativo de Isla. La solidaridad y apoyo moral de un distinguido militante. Sólo eso.