José Ortiz Medina / EN CORTO… SIN CORTES
Los citó el “Uno” a la casa grande de la colonia 2 de abril, este lunes 22 de abril por la tarde. Los citaron de urgencia.
El jefe dio a conocer que la candidata obtendrá 2.5 millones de votos. Todo mundo puso en su mente una cara de ¿what?, de manera automática. Pero sólo fue en su mente. Porque hacia el exterior hubo que reaccionar rápido y no permitir que se viera un semblante de duda. Así que los asistentes al encuentro disimularon muy bien su sorpresa e hicieron un enorme esfuerzo para poner caritas felices.
Aunque lo que llamó la atención es que pese a que el “Uno” dijo que la abanderada recibirá 2.5 millones de votos, la cifra al ser pronunciada por el jerarca no coincidió con el lenguaje corporal del anunciante. Y es que al decir esa cifra, no se le escuchó triunfalismo en el tono y el matiz de su voz. Es como si alguien dijera “me saqué la lotería” y su voz se escuchara al mismo tiempo triste o melancólica. Cosa difícil de explicar, pero al tlatoani jarocho no se le vio animado, y en lugar de fiesta más bien parecía un velorio. Con este tipo de “noticias”, todo mundo espera que el “líder” trate de infundir ánimo de triunfo en sus subalternos. Pero extrañamente no fue así. Fue como un discurso hueco, muy desligado de la realidad. Y es que en las calles, en las colonias, en las comunidades, en las zonas rurales, en las oficinas de gobierno, en los negocios, en los comercios, la realidad es otra: hay la percepción de que la candidata va a perder. Las razones de la probable derrota ya todos lo saben y sería hasta ocioso repetirlas. Lo único que podemos decir es que ella resultó ser un mal producto. Es como -hablando en términos mercadológicos- tratar de vender un refresco que sabe a rayos.
Lo raro además es que a los presentes en la reunión no les repartieron tareas ni les asignaron responsabilidades para lograr esa proeza de los 2.5 millones de votos.
¿2.5 millones de votos?, ¿pues de cuál fumó?, se preguntaron los asistentes al encuentro. Obvio, no faltó quien sólo en su mente se burlara del “caca seca”.
Lo cierto es que de acuerdo con fuentes consultadas en el búnker morenista, el candidato opositor va dos puntos arriba.
Así que “vender” desde ahorita una mafufa cantidad millonaria de votos sería ir sembrando la idea de una victoria “aplastante”, para que al robarse la elección, no haya margen para la duda. Al verse perdidos, ya echaron a andar la maquinaria del fraude. Habrá que ver si los observadores y los ciudadanos lo permiten.
La otra versión que corrió de esa “encerrona”, fue ésta:
Que la instrucción fue clara: hacer que gane la candidata.
Algunos secretarios dijeron que no tenían recursos para operar y que el secretario de Finanzas sabe que las dependencias no manejan recursos, que incluso han recortado plazas laborales, además de que los empleados de gobierno están muy enojados porque hace tres años Eleazar Guerrero los obligó a afiliarse a la organización Unidos Todos y les ordenaban que todos los fines de semana fueran a entregar periódicos de Morena a diversos lugares sin viáticos, y que ahora los empleados de gobierno no quieren jalar.
Pero dicen que el Uno les ordenó hacer promoción todos los días y el que no cumpliera, les iban a levantar sanciones administrativas y les revisarían sus propiedades y cuentas de banco.
Cuentan que los secretarios y subsecretarios salieron muy molestos, entre ellos dijeron que la candidata nunca ha tenido atenciones con ellos de ningún tipo, ni en sus cumpleaños. Algunos en corto mostraron mensajes de WhatsApp, en donde queda constancia de que el candidato opositor sí los conoce de siempre, por lo que mejor votarán por él.