“La ley soy yo”, alardeaba alcalde de Cosautlán, y la ley lo alcanzó: Profepa clausuró sus arenales

“La ley soy yo”, alardeaba el alcalde de Cosautlán, José Antonio Valdivia Huerta, alias “El Camello”,  y resulta que la ley lo alcanzó. En estos días, la Profepa clausuró sus arenales.

El 14 de febrero de este año consignamos en Versiones que no sería mala idea que la Procuraduría Federal del Medio Ambiente se diera una vuelta por Cosautlán, en donde el alcalde, José Antonio Valdivia Huerta, se ha dedicado a comprar muchos terrenos desde que inició su gestión municipal, y en muchos de esos predios el munícipe se ha dedicado a extraer arena de manera indiscriminada.

En esa ocasión comentamos que sería bueno que las autoridades ambientales investigaran si existen los permisos federales correspondientes y de igual forma revisar el gran ecocidio que se está cometiendo con esa extracción, pues ambientalistas han alertado sobre el daño que se está ocasionando al manto freático y los manantiales que hay en esa zona. No olvidemos que toda esta región que abarca Xalapa-Coatepec, Xico, Teocelo, Cosautlán y anexas, desde tiempos inmemoriales es conocida por la abundancia de esos hábitats. No por nada, el significado nahuatl de Xalapa es “manantial en la arena”.

Una de las zonas en donde el alcalde de Cosautlán está sacando arena es en la región conocida como Xalatla. Todos los días se observa el ir y venir de camiones y maquinaria para extraer la arena y de lo cual anexamos a la referida nota fotos y videos.

Lo grave del asunto es que una de las consecuencias de este impacto ambiental es la escasez de agua. Por ello es que autoridades de ese municipio y municipios aledaños prohibieron en el pasado reciente la extracción de arena.

Según la ONU, la demanda mundial de arena y grava, que asciende a unos cincuenta mil millones de toneladas cada año, es un gran contaminante y provoca inundaciones, en unos casos, o el agotamiento de los acuíferos en otros, y hasta contribuye a empeorar las sequías.

La arena y la grava son uno de los mayores recursos extraídos por volumen, posiblemente uno de los más rentables del comercio ilegal, y al mismo tiempo uno de los menos regulados.

Lo irónico del caso es que una de las promesas de campaña del actual alcalde de Cosautlán fue precisamente solucionar el desabasto de agua.

Pero ahora vemos que lejos de cumplir su promesa, el alcalde se ha llenado los bolsillos de muchísimo dinero sin importarle el sufrimiento de la gente de Cosautlán que solo cuenta con el suministro de agua una o dos veces por mes.

Y cuando algún ciudadano le reclama y le pregunta quién dio el permiso para extraer la arena de esos predios, el munícipe grita con prepotencia: “yo di esos permisos y qué, porque yo soy la ley”.

Pero la ley ya alcanzó a este alcalde de caricatura, digno personaje de la película “La Ley de Herodes”. Ahora estaremos vigilantes de que los funcionarios de la Profepa y Semarnat no se dejen sobornar y se siga aplicando el marco legal, sin importar que el afectado sea un presidente municipal con ínfulas de poder.