Tener gobernadores así es una dicha que hay que aquilatar…

José Ortiz/ EN CORTO

Miguel Alemán Velazco fue muy criticado porque una vez que asumió el cargo de gobernador de Veracruz, se apresuró a construir un puente sobre la avenida Lázaro Cárdenas, a la altura del fraccionamiento Las Ánimas.

Y fue muy criticado don Miguel porque precisamente dicho puente lo iba a beneficiar a él por doble partida. Primero, porque en ese exclusivo fraccionamiento, el entonces mandatario estatal tenía (o aún tiene) su residencia y segundo, porque a pocos metros del puente se ubica la plaza comercial Ánimas que es propiedad de Alemán Velazco.

Esto lamentablemente es muy común. Es como el típico alcalde o alcaldesa que la primer obra que realiza es pavimentar el camino o carretera que comunica a su rancho o a sus demás propiedades. Casos concretos y más cercanos los hemos visto en Xalapa en donde de la noche a la mañana vemos ya con concreto hidráulico calles en donde viven familiares de la clase gobernante ya sea en el ámbito estatal o municipal. Algunos o algunas ex ediles han arreglado en la capital veracruzana las arterias en donde moran sus noviecitas, no sea que se vayan a ensuciar sus chanclitas con lodo.

Esto lo comentamos a propósito porque hace una semana la gobernadora electa, Rocío Nahle, anunció con bombos y platillos que se reunió con el titular de SICT, Jorge Nuño Lara, para realizar los proyectos de infraestructura en Veracruz.

Y uno de esos proyectos es precisamente la construcción del puente Boca del Río-Riviera Veracruzana.

Es cierto que esa obra beneficiará a los habitantes de esa región, pero también de manera especial a Nahle García, quien para salir de su mansión en El Dorado, vía terrestre, hacia la zona conurbada de Boca del Río con Veracruz pues el recorrido será en un abrir y cerrar de ojos.

¡Qué suerte tienen los jarochos de que doña Rocío viva en esa zona!…

¡Albricias!…

¡Aleluya!…

¡Bendito sea el Señor!…