José Ortiz Medina / EN CORTO
Desde el sur del estado, nuestras enteradas fuentes nos hacen ver un dato que no se ha comentado en medios.
Y es que nos comentan que el nombramiento de Ramón Santos Navarro como futuro Contralor del estado en la venidera administración estatal obedece a un pago de factura a Rogelio Lemarroy, el empresario que vendió a la gobernadora electa un departamento en Nuevo León, valuado en 28 millones de pesos. Rogelio Lemarroy además es el mismo empresario que durante la 4T ha recibido alrededor de cien concesiones de gasolinerías.
Lo interesante del asunto es que -según nos comentan- Lemarroy en un principio habría propuesto a Gonzalo Guízar Valladares, pero por alguna razón que aún no se sabe pero que se intuye, Nahle vetó al ex priista, ex panista, y ex de otros partidos más.
Y tras vetar Nahle a Gonzalo, se sabe entonces que el plan “B” de Lemarroy fue proponer a la zacatecana a Ramón Santos Navarro.
O sea, que con Santos Navarro fue como poner la Iglesia en manos de Lutero. Es decir, Navarro obedecerá más a los intereses de quien lo propuso que de quien lo nombró. No será raro entonces que los futuros secretarios de despacho, subsecretarios o directores que anden en malos pasos y deseen “limpiar” el mal manejo de las finanzas públicas, busquen luego al “padrino” de Santos, el empoderado Rogelio Lemarroy, quien será una especie de “perdona-vidas” de los próximos servidores públicos.
Por cierto, comentan que a Gonzalo, por haberse disciplinado, la Tía Chío le dará una posición en el gabinete, pero hasta donde se sabe, aún no le han definido. Hasta ahora, Nahle trae a Guízar Valladares dando vueltas. Lo cita a eventos para definir, pero aún nada. “Te veo en el próximo evento…”, trascendió que al parecer así le dice la gobernadora electa, pero por alguna razón no se concreta la plática, y así, de manera sucesiva. Como que la doña le va dando largas. ¿Qué pecado habrá cometido Gonzalo como para que lo releguen tan gacho?… Ya se sabrá.
