José Ortiz / EN CORTO
Haber vendido perfumes, bolsos, zapatos, ropa y “chácharas” a los empleados de la SEV no tiene nada de penoso ni tampoco debe ser motivo de vergüenza pues se trata de un trabajo honrado. Pero tal vez lo reprobable es que ahora que te encuentras encumbrada en un alto cargo, apenas le dirijas el saludo a los empleados y empleadas a los que antes casi suplicabas para que te compraran y te pagaran en abonos chiquitos.
Esto viene a colación porque la flamante Oficial Mayor de la SEV, Adriana Selene Aguilar Amaya -amiga de Cuitláhuac García desde antes que la 4T gobernara Veracruz- hace poco cosechó un poco del repudio que ella misma ha sembrado en esa importante secretaría.
Y es que según crónicas periodísticas, Ary Aguilar -como se pone en redes- fue duramente criticada pues pese a que la SEV cuenta con grupos artísticos de calidad, contrató el pasado Día del Empleado a un grupillo musical de bajísimo perfil, el cual montó el show chafa y de mal gusto del “Medio Metro” y la “Chilindrina”.
Y luego, doña Ary se aventó su discurso en el que presumió que recibieron la SEV en pésimas condiciones porque ni papel para fotocopias tenían y que gracias a ella y a la 4T las convirtieron casi en oficinas de primer mundo… pero nadie le aplaudió.
Lo peor fue cuando el maestro de ceremonias trató de matizar el desaire y los abucheos: “se los pido… por favor… ¡un gran aplauso a la mejor Oficial Mayor de la historia de Veracruz!”… y otra vez, ni quien aplaudiera.
Mala señal para quien ha propalado a sus más cercanos que Rocío Nahle le habría pedido que continúe en la Oficialía Mayor al menos en el inicio del próximo sexenio porque, según la zacatecana, la Tello no le entiende mucho al tema administrativo y financiero.
Pero no estaría de más que -si Claudia Tello realmente desea desterrar viejas prácticas como la venta de plazas o de cambios de adscripciones- se realice una auditoría a fondo en esa importante área. En este enjuague también -aseguran- estarían embarrados Tarzan Boy y su gente, entre ellos su compadre el que fungía primero como cadenero, luego barman y finalmente en gerente del antro en la zona centro del estado, el mismo que fue acusado por Maleno por crear medios fantasmas en la Legislatura estatal y de cobrarle una mochada mensual de 10 mil pesos a los diputados locales a cambio de dizque promocionar su “imagen” entre los medios de comunicación con mayor cobertura y audiencia. En este “bisne” también tuvo participación una dama que ahora es encumbrada Síndica de un ayuntamiento. Dicen que ahora lo mismo pretende hacer este personaje con los actuales diputados federales electos de Morena que su compadrito va a “pastorear” en la venidera bancada. A ver cuántos incautos o incautas caen. Imagínense, 10 mil por “piocha”, pues serían más de ¡200 mil pesos mensuales! para este malaldo, perdón… quisimos decir malandro. (Dicho sea de paso, este pillo hace poco movió en cuentas anónimas de whatsapp un libelo para golpear a una alcaldesa azul con el rollo barato de que no se estaba apoyando a escuelas. Al vato ya lo traen en la mira…).
Pero volviendo al tema inicial, aparte de la auditoría, no saldría sobrando que la señora Tello le eche un vistazo al carísimo tren de vida que lleva Ary Aguilar, quien gastó una enorme fortuna para promocionarse para una candidatura que nunca llegó, los lujosos y caros outfits que la misma servidora pública ha presumido en redes sociales, de eventos importantes, en los cuales ¡nunca ha repetido sus garritas!, pues siempre fueron nuevos y exclusivos modelitos que exhibió en cada post, ello sin contar autos de alta gama, deslumbrantes joyas y una casita que no la tiene ni Obama. ¡Ups!