Mexicanos radicados en EU sufren doble discriminación; en la Unión Americana los critican por hablar español y en México por su castellano “diferente”

José Ortiz Medina

La investigadora y académica Daniela Stransky incursiona en un campo poco explorado: ¿qué dificultades enfrenta un mexicano que radicaba en Estados Unidos quien sufre una doble discriminación? Una, por hablar español en la Unión Americana, y cuando regresa o retorna a México, es segregado socialmente primero por hablar inglés, pero acaso lo que más padecen es por su español “diferente”.

Daniela Stransky lo explica mejor:

“En mi caso tengo dos sobrinos que fueron retornados de manera no voluntaria a México. Cuando llegaron, yo como profesora de español intenté todo lo que conocía para ayudarlos a adquirir el registro escolar, pero fue muy difícil. Pronto me di cuenta de que estas dificultades no consistían solamente en falta de práctica o de estudio, sino que había algo más profundo, algo interno en el sistema lingüístico que hacía que su forma de hablar español fuera lo que era y sonara como sonaba. Estas preguntas quedaron dando vueltas en mi mente llevándome a investigar más y más para lograr entender lo que pasaba en ese sistema lingüístico bilingüe”.

De eso charlamos con Daniela Stransky.

-¿Maestra Daniela, qué la trae por Veracruz y a la Universidad Veracruzana?

-Además de mi profunda admiración por la Universidad Veracruzana y en especial por el Programa de Apoyo a Migrantes de Retorno, me enteré de que en el área había un grupo numeroso de migrantes que habían retornado a la zona por diversas razones como el endurecimiento de las políticas migratorias en los Estados Unidos y la separación familiar, entre otras cosas. Debido a lo anterior me puse en contacto con la universidad para poder acercarme a los estudiantes que estuvieran en esta situación y poder entender un poco más las luchas y dificultades que han tenido que sobrepasar para adaptarse a la vida académica mexicana. En especial en lo tocante al uso del español, que es un español diferente al que ideológicamente debería usarse en espacios escolares o académicos.

-¿Por qué le interesa ese tema? ¿Qué vínculos personales puede asociar con los estudios académicos que lleva a cabo?

-En mi caso tengo dos sobrinos que fueron retornados de manera no voluntaria a México. Cuando llegaron, yo como profesora de español intenté todo lo que conocía para ayudarlos a adquirir el registro escolar, pero fue muy difícil. Pronto me di cuenta de que estas dificultades no consistían solamente en falta de práctica o de estudio, sino que había algo más profundo, algo interno en el sistema lingüístico que hacía que su forma de hablar español fuera lo que era y sonara como sonaba. Estas preguntas quedaron dando vueltas en mi mente llevándome a investigar más y más para lograr entender lo que pasaba en ese sistema lingüístico bilingüe.

-¿Por qué es importante visibilizar esta problemática en Veracruz?

-Pues Veracruz es históricamente tierra de migrantes. El tema de los migrantes que hablan español en los Estados Unidos es un tema que toca muchas aristas tanto en social y en lo político. Existe una doble discriminación para estos sujetos pues son castigados y segregados en Estados Unidos por hablar español. Al mismo tiempo también son juzgados y discriminados por sus propias familias en México por hablar inglés y por hablar un español diferente.

Por una parte, están todas las ideologías nacionalistas que replican actitudes discriminatorias hacia las personas que no hablan un español monolingüe y estandarizado. Como si ésta fuera la única manera de hablar una lengua. Como si no existiera la variación como el español de Andalucía, el español de Mérida, el español del Río de la Plata, etcétera.

Por otro lado, dado que el inglés es una lengua de alto prestigio social se generan dinámicas muy complicadas tanto en las escuelas como en los lugares de trabajo e incluso dentro de las familias mexicanas. Existe la creencia de que alguien por tener un fenotipo estereotípico de “mexicano” tiene que hablar español de manera obligatoria, como si la lengua pasara por una línea genética. Entonces cuando existe una persona que fue socializada en inglés y que habla un español disímil al que estamos acostumbrados, resulta incómoda para nuestros sesgos cognitivos. Debido a ello la gente ataca con comentarios racistas y con demás burlas a los hablantes de estas variantes del español.

Son por todos conocidas las palabras peyorativas como “pocho” refiriéndose a alguien que no habla un español típico de su comunidad de origen. Es justo en este punto en el que se instala la importancia de esta problemática. En buscar una sociedad más equitativa, más justa y con menos discriminación que deje de marginar a los hablantes del español de los Estados Unidos cuando vuelven a nuestro país.

-¿Hacia dónde se dirige la investigación actualmente?

-Para algunos lingüistas es importante describir el sistema lingüístico de este tipo de bilingües. Otros quieren explicar cómo funcionan las dos lenguas en la misma mente. En los estudios sociales se indaga sobre la identidad bilingüe, binacional y bicultural de estos sujetos. Sea desde el punto de vista teórico que sea, es importante saber que no existe un español “mejor” que otro y que esta idea es solo una construcción ideológica que obedece a jerarquías de poder. Desde un punto de vista científico, todas las variantes del español son legítimas puesto que la lengua la hacen los hablantes y no las academias.

-¿Cómo puede la sociedad civil apoyar a esta población en Veracruz?

-Primero informándose sobre los mitos e ideologías jerárquicas que inundan el uso lingüístico. Segundo es fundamental dejar de perpetuar actitudes discriminatorias y racistas que marginan y generan injusticia social en nuestro país. Finalmente es importante exigir a las autoridades programas de apoyo para estos migrantes de retorno que tienen derecho de escolarizarse de manera libre y sin juicios.

¿QUIÉN ES DANIELA STRANSKY?

Daniela Stransky es Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, México, y maestra en Lingüística Aplicada por la misma universidad. Realizó estudios de posgrado, así como diversos cursos y certificaciones en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Se formó como especialista en la enseñanza del español como lengua extranjera en la Universidad Complutense de Madrid, España, y la Universidad de Cartagena de Indias, Colombia. Ha dado charlas nacionales e internacionales y cuenta con años de experiencia como profesora de español como segunda lengua. Ha sido profesora de gramática del español, psicolingüística y bilingüismo a nivel diplomado, licenciatura y posgrado en la ENALLT/UNAM y en el posgrado en Lingüística/UNAM. Ha colaborado, también, en los cursos de actualización y formación docente del CEPE/UNAM. Actualmente es candidata a doctora en Lingüística Hispánica y se desempeña como asistente de investigación y profesora de español como lengua de herencia en la Universidad de Florida, Estados Unidos. Está adscrita al laboratorio de Investigación sobre el español como lengua de herencia a cargo del Dr. Pascual y Cabo y al laboratorio de procesamiento bilingüe a cargo del Dr. Valdes-Kroff, ambos en la Universidad de Florida. Cuenta con publicaciones nacionales e internacionales. En un sentido teórico se interesa en la adquisición, pérdida y posible reactivación de la sintaxis en el español como lengua de herencia, principalmente en los fenómenos de modo y modalidad (alternancia de indicativo/subjuntivo) y cómo éstos se instancian en variedades de contacto como el español de los Estados Unidos. Asimismo, orienta su investigación en las consecuencias de los cambios abruptos en el input como es el caso de hablantes de herencia retornados a México. En lo aplicado, le interesa la relación entre lengua y poder, lengua, raza y discriminación lingüística así como el desarrollo de la consciencia lingüística crítica.