En Corto / Señalado de “maldito extorsionador” y “rata traidora” por el CJNG, ahora aspira a alcaldía de Coatepec cobijado por la 4T

José Ortiz / EN CORTO

De repente, le salió el amor por Coatepec al ex diputado Enrique Santos.

Y es que en los últimos días se ha registrado un extraño activismo del ex diputado Enrique Santos Mendoza, en el pueblo mágico de Coatepec, donde se le ha visto  comiendo tacos,  tortas, regalando cobijas en congregaciones y  asistiendo al informe de labores del fracasado presidente municipal de Coatepec, Raymundo Andrade Rivera.

Reza el dicho que al nopal sólo lo van a ver nomás cuando tiene tunas y es así como ahora que se acerca la renovación de las alcaldías en Veracruz, al también dirigente de la CATEM, se le ocurrió de la noche a la mañana hacerse “coatepecano” y aspirar a ocupar la silla presidencial que hoy ocupa Raymundo Andrade Rivera.

Motivado quizá por la historia reciente que ha ocurrido en esa tierra cafetalera donde en los últimos procesos se han erigido como candidatos personajes ajenos, total en Coatepec, al que le pongas gana, sin importar que la gente ni lo conozca.

Enrique Santos Mendoza, a quien se le ve muy risueño en sus fotografías, con su chaleco guinda de Morena, hasta hace unos cuatro meses militaba en el partido Fuerza por México, cuyo dirigente Tato Vega, lo desconoció públicamente por no haber impulsado nunca al partido y una vez que éste perdió el registro, encontró el momento exacto para brincar al morenismo.

En 2021, Enrique Santos fue candidato a diputado local por el distrito de Xalapa, por el partido Fuerza por México, contienda que perdió con una votación insignificante pero que le sirvió para llegar como diputado plurinominal al Congreso del Estado donde estuvo tres años, tres años en los que nunca pasó por su cabeza ser coatepecano y realizar alguna gestión, recorrido, reunión o siquiera un pronunciamiento a favor de ese lastimado pueblo mágico, pero sí sobresalió como depredador del medio ambiente, ya que fue denunciado por vecinos de La Pitahaya en la Procuraduría del Medio Ambiente, pero gracias a su amistad con ex poderoso ex secretario de gobierno, no le hicieron ni cosquillas. Así que las motosierras siguieron zumbando. Cientos de viajes de camiones con materiales de construcción se veían pasar. Ni el río Pixquiac se salvó de las ocurrencias de éste que se dice ser uno de los tantos “ahijados políticos” del diputado federal Pedro Miguel Haces Barba. A Enrique Santos Mendoza también se le conoce por los avisos que le dejó el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en puentes peatonales de avenidas de la ciudad de Xalapa. Las mantas con la foto de Enrique Santos Mendoza decían: “maldito extorsionador, rata traidora”.

El ex diputado se promueve en su página de Facebook pero engañando que todavía es diputado o tal vez sufre Alzheimer, o le gusta usurpar funciones. Lo cierto es que no quiere vivir fuera del presupuesto y se saborea coateplátanos en las cafeterías de Coatepec. Se dice que conven$ió al ludópata regenerado Ramón Díaz Ávila, diputado del Partido del Trabajo por el distrito 12 para que le abra brecha. Sus propagandistas esparcen el rumor de que Andrés Manuel López Beltrán le dijo que es el chido. Parafraseando al Tato Vega: Enrique Santos Mendoza está bien “Lucas”.

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