Donde no cayeron nada bien los nombramientos de los nuevos comisionados de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas CEAPP fue en el sur de la entidad.
Y es que el gremio de aquella región cuestiona el perfil y la trayectoria de al menos dos representantes sureños.
Uno es Roberto Pérez, quien más que periodista se ostenta como operador de medios de comunicación de la gobernadora Rocío Nahle, con quien trabaja desde hace más de diez años.
No obstante, sus relaciones públicas no son las mejores ya que en el antiguo Puerto México comentan que en diciembre del año pasado lo mandaron a entregar pavos a la flota reporteril como un regalo que les hacía la entonces candidata por la fiesta navideña.
Pero a este señor se le hizo muy fácil entregar solo la mitad de las aves y se guardó la otra mitad.
La consecuencia fue que el mero 24 de diciembre los “tundes” empezaron a quejarse en los grupos de whats que no habían llegado los presentes y que se los había “clavado” el tal Roberto.
El otro sureño designado comisionado es Raúl Domínguez Pinto, quien presume una amistad con la familia de la mandataria estatal.
Pero además dicen que es pariente del diputado local Miguel Pinto el cual sueña con ser el próximo alcalde de Coatzacoalcos y con quien trabaja una hija del nuevo integrante de la CEAPP.
Y además, Raulito tiene fama allá en el sur como un extorsionador de políticos y funcionarios. Junto con su hermano José son conocidos como “Los hermanos macana”.
Y ya encarrerados, ¿cómo está eso de que a Raulito lo presentaron como representante “académico” en la CEAPP? Pero si Raúl apenas y puede articular un par de frases medianamente interesantes. Caray, pues si Raulito es “académico”, nosotros ya nos podemos inventar un postdoctorado en La Sorbona.
Otro que también ha sido muy cuestionado es el batracio pigmentado.
La queja generalizada entre la banda es que no se propusieron a periodistas independientes sino a puro aplaudidor de la 4T.