Marcada por la traición y la deslealtad, Tava Ortega en su lucha desenfrenada y ambiciosa, poniendo siempre primero sus intereses personales, que los intereses del pueblo, busca ser alcaldesa por su enésimo partido.
Y es que uno de los grandes retos de Morena en el presente proceso interno en Veracruz será detectar a los “chapulines” que tal vez su chapulinesca acción no es lo menos condenable, sino que en los partidos en los que han militado han dejado una estela de traición y deslealtad. Lo peor, es que los ciudadanos de esos municipios ya los tienen perfectamente identificados, por lo que es tal el desgaste político que bien les viene el mote de “cartuchos” muy quemados.
Esto lo comentamos a propósito de Octavia Ortega Arteaga.
Ella asumió el cargo de alcaldesa de Pánuco tras pedir licencia Zita Beatriz Pazzi Maza, de quien fuera su Síndica.
Una vez que se sentó en la silla municipal, Tava le dio tremenda desconocida a Zita, quien la consideró una traidora y mala agradecida, ocupando Tava Ortega solo a la administración como un trampolín para brincar a la Diputación Local, ya que solo estuvo un año y en ese año le bastó para dejar las arcas del Municipio de Pánuco sin dinero. Tampoco realizó alguna gran obra qué recordar y metiendo en grandes problemas a quien la suplió en la Presidencia Municipal.
Cabe señalar que, en la historia de Pánuco, cuando ella fue alcaldesa ha sido la única administración que tuvo tres presidentes municipales, en 3 años que duró el periodo de gobierno y marcado por un periodo muy violento, en el que la ciudadanía no podía salir a las calles.
Tava fue diputada local y presidenta del Congreso Local, en el sexenio de Javier Duarte de Ochoa. Aún se recuerda cómo le quemaba incienso a Duarte, quien, al caer en desgracia, como Judas a Cristo, Tava negó a su ex benefactor político. Ahora dice que ni siquiera eran amigos, y que apenas Javidú era su “conocido”.
Del año 2010 al 2017 Tava Ortega fungía como Secretaria General del Sindicato del Tecnológico de Pánuco, de donde fue corrida por sus por malos manejos financieros en el Sindicato y actuar con soberbia con sus compañeros maestros.
De Octavia Ortega podemos esperar eso y mucho más, siempre busca acomodarse y ser chapulín para garantizar su interés personal. Primero con el PRI, luego buscó cobijo en el PVEM, en donde por cierto lo ha llevado al Partido Verde a una caída estrepitosa de pasar de 12 mil votos a 1,800 votos en el municipio de Pánuco y (¡oh sorpresa!), ahora se quiere colocar la casaca guinda para ir por la Presidencia Municipal de Pánuco.
Lo bueno es que los ciudadanos de Pánuco ya la conocen y ni de broma votarían por ella, no quieren regresar a los tiempos de inseguridad, en donde prácticamente no se hacían obras en beneficio del municipio. Los panuquenses quieren tranquilidad, vivir en armonía, tener mejor infraestructura, mejores servicios básicos, el bienestar de su familia.
A la primera morenista del estado tampoco la engañan. La Señora sabe bien de qué pie cojean cada uno de los chapulines.
Mientras tanto, Tava en su desquiciante y desesperada carrera hacia al poder, lanza patadas y codazos. No la distraigamos, así va bien… bastante bien… pero rumbo al fracaso político.
