José Ortiz / EN CORTO
Mario Mijares, el chilango que vino a Veracruz a que le “mataran” el hambre porque en la CDMX ni quien lo pelara.
Acá vino de vividor de la grilla y la academia.
Gris rector del Colver, un buen día fue despedido de manera vergonzosa y humillante.
Y es que fiel a su costumbre de siempre morder la mano que le da de comer, se le ocurrió arremeter contra Cuitláhuac ya casi en el fin del sexenio. Y se envalentonó porque Cuitláhuac ya se iba. ¿Por qué no protestó en el inicio o a la mitad del sexenio?
Pues bien, ante esa repentina “rebeldía”, ipso facto un funcionario del área jurídica de la SEV se apersonó en el Colver acompañado de quien sería el rector interino, Alejandro Garnica, un personaje -dicho sea de paso- que formó parte de la banda que estuvo encabezada por Eleazar Guerrero, primo del ex gobernador.
Y la neta, fue de pena ajena cómo corrieron a Mijares. Así como nos lo contaron, hasta nos compadecimos en ese momento de él al grado de que en esa ocasión no lo publicamos. Pero ya que está de mamón y piel-delgada, les platicamos.
Resulta que sin avisar, por sorpresa le cayeron a Mijares el abogado de la SEV y el señor Garnica. Sin decirle agua va, le exigieron que en ese preciso instante se fuera de las instalaciones.
A Mijares no le permitieron ni siquiera en ese instante llevarse sus artículos personales decorativos que había colocado en su escritorio. Mijares sólo salió con un folder en las manos.
Ya en la calle, en Carrillo Puerto, revisó sus bolsillos y su cartera, y se acordó que no tenía moneda fraccionaria para pagar un taxi. Y es que como lo trasladaba siempre el chofer del Colver, en la lujosa camioneta que él compró para esa institución, pues casi nunca usaba su auto particular.
Así, en la calle, de repente se sintió solo y desamparado. Expulsado del paraíso cuatroteísta.
Así que se fue a su casa caminando. Cuando llegó a su triste morada, lo recibió su esposa. Hubo llanto, lágrimas, maldiciones a Cuitláhuac y a la 4T, esa 4T que le permitió a este chilango llevar una vida de rey aunque sea algunos años.
Mijares luego se refugió en el IAP, pero nada es igual. Basta ver su modesto escritorio como de “godínez”.
Pobrecillo. Hasta lástima da.
P.D. Si es cierto lo que él dice de que no nos leen, ¿entonces por qué su rabieta en su Facebook? Si no tuviéramos lectores, ni se hubiera enterado cómo le “encueramos” sus presuntas corruptelas. Así de fácil. Así se sencillo. Pero que siga chillando, y le publicaremos más detalles de tooodos sus malos manejos en el Colver. Ándele, que le siga…
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