José Ortiz / EN CORTO
De acuerdo con reportes que nos comparten fuentes del norte del estado, al menos tres cárteles se disputan la plaza en Poza Rica:
1.- El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que es la agrupación delictiva más fuerte y consolidada en esa y otras regiones del estado de Veracruz, y que se ha visto aún más fortalecida en fechas recientes por su alianza con “Los Chapitos” que operan en Sinaloa, y que encontraron en el CJNG un aliado natural tras su disputa de territorios con la organización que lideraba Ismael “El Mayo” Zambada, actualmente preso en EU y quien fue traicionado y entregado a las autoridades norteamericanas precisamente por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien a su vez purga condena también en cárcel de la Unión Americana.
2.- El segundo cártel que disputa el control de esa plaza en el norte del estado es el “Grupo Sombra” cuyos orígenes se remontan a la época en que gobernaban Pánuco el grupo político del ex Contralor del estado Ricardo García Guzmán y sus hijos Ricardo y Rodrigo García Escalante. En principio, el “Grupo Sombra” inició como un grupo de choque conformado por policías y ex policías municipales, para sembrar terror a los adversarios políticos de la entonces familia gobernante, así como servir como antídoto contra otras células criminales que pretendían poner de rodillas a la entonces autoridad municipal. Pero sucedió que el “Grupo Sombra” luego se salió de control de sus creadores, y de la noche a la mañana comenzaron a operar de manera autónoma, algo muy similar a lo que ocurrió con Los Zetas, que eran sicarios al servicio del Cártel del Golfo comandando hace décadas por Osiel Cárdenas Guillén, y quien tras ser aprehendido, Los Zetas se separaron del Cártel del Golfo y comenzaron a manejarse como un cártel aparte, con un posterior poderío y gran influencia en todo el país, Centroamérica, Estados Unidos, y algunas regiones de Europa.
3.- El tercer cártel que en fechas recientes se está reposicionando no sólo en Tamaulipas, sino en el norte del estado de Veracruz y de manera particular en Poza Rica es el Cártel del Golfo (CDG), luego de que su fundador, Osiel Cárdenas Guillén, va por su “segundo aire”, tras haber sido deportado a mediados de diciembre pasado de EU y de inmediato internado en el penal del Altiplano, en el estado de México. Es bien sabido que los jefes de los cárteles estando presos en Estados Unidos quedan prácticamente neutralizados en cuanto a la operación de sus organizaciones criminales, pero en las cárceles mexicanas es muy diferente, pues desde esos centros de confinamiento con mucha facilidad pueden operar nuevamente a sus anchas. Eso de cárcel de Máxima Seguridad es un mito. Con dinero, mucho dinero, todo es posible en México. Osiel Cárdenas Guillén, alias “El mata amigos”, en México enfrentará tres procesos, por delincuencia organizada, delitos contra la salud y lavado de dinero. Cárdenas llegó a Estados Unidos desde México en enero de 2007, apenas meses después de que el presidente Felipe Calderón asumiera el cargo e iniciara una serie acciones judiciales en contra de los cárteles del narcotráfico. Una de sus decisiones fue enviar al sanguinario líder del CDG a enfrentar a las autoridades estadounidenses. Osiel no llegó solo, fue parte de un traslado que incluyó a 14 personas que estaban en prisiones mexicanas, entre ellas Héctor El Güero Palma, uno de los viejos socios de Joaquín El Chapo Guzmán en el Cártel de Sinaloa. Osiel fue detenido en 2003 en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, de donde es originario. Cárdenas Guillén se hizo un nombre en el mundo criminal después de eliminar a socios y rivales para así escalar posiciones dentro del cártel de la frontera, que quedó acéfalo después de la captura de Juan García Ábrego, un veterano traficante que operaba en Tamaulipas.
Esa es la herencia maldita que le dejó el ex gobernador Cuitláhuac García Jiménez a Rocío Nahle García no sólo en Poza Rica, sino en una enorme franja que abarca varios municipios desde Pánuco, Tuxpan, Tihuatlán, hasta la región del Totonacapan, pasando por Tecolutla, Gutiérrez Zamora, Costa Esmeralda, Casitas, San Rafael y Martínez de la Torre. El CJNG opera además en otras partes del estado de Veracruz, tanto en centro como en el sur de la entidad veracruzana, en donde disputa el control de las plazas con otros cárteles y células criminales.
Cuitláhuac no quiso o no pudo frenar esos cárteles y hasta se llegó a sospechar que algunos de sus colaboradores de alto mando político y policíaco habrían pactado con al menos tres organizaciones delictivas. Uno o dos meses antes de irse, a Cuitláhuac le tocó presenciar un hecho inédito. Y es que el CJNG “levantó” a varios integrantes del “Grupo Sombra” en Tuxpan. A unos los ejecutó y a otros se los llevó como prisioneros de guerra. Lo extraordinario que resaltamos es que el CJNG prácticamente sitió Tuxpan y por algunas horas se apoderó de la ciudad al bloquear el principal puente de acceso a ese Puerto, en donde colocó “poncha-llantas”.
Nahle ya tiene algunos datos de cómo Cuitláhuac y su gente fueron omisos ante el avance de los cárteles y células criminales. En reciente entrevista con reporteros, la titular del Poder Ejecutivo del Estado se mostró extrañada de que en pasadas administraciones estatales -incluida la de García Jiménez- no se hayan dado cuenta de la presencia de cientos de cámaras de videovigilancia ilegales que fueron colocadas a lo largo y ancho del estado de Veracruz. Qué “raro”, dijo doña Rocío, al sacarse de onda de que esos dispositivos -muchos de ellos al servicio del crimen organizado- estuviesen funcionando como si nada. Otro dato: los recientes operativos en los que descubrieron mega centros de “huachicoleo” cerca de la ciudad de Veracruz. ¿A poco no le pareció “raro” a Cuitláhuac y sus cómplices el ir y venir de tractocamiones transportando los miles de bidones con gasolina y diesel robados?, qué raro, ¿no?
Si Cuitláhuac estaba enterado de las videocámaras de vigilancia y los mega centros de huachicoleo y no actuó, pues mal. Pero aún peor en el hipotético caso de que los altos mandos de Seguridad Pública sabían de eso y otras cosas, y se lo ocultaron. De ser cierto este último escenario, o sea suponiendo sin conceder -como dicen los abogados- pues entonces tuvimos a un gobernador que sus subalternos le vieron la cara de maje, mientras el entonces gobernador se disfrazaba ridículamente de danzante, o daba clases de baile en el patio de Palacio de Gobierno, o mientras bailaba salsa en los antros, o mientras degustaba finas bebidas en compañía de sus amigues.
Y mientras la gobernadora realiza en estos días un viaje por Madrid, España, para promocionar las atracciones turísticas del estado con el slogan de “Veracruz está de moda”, en Poza Rica estalla la violencia con el “levantón” este miércoles del periodista Alan García Zúñiga y horas después con la privación ilegal de su libertad del encargado de la dirección de Comercio del Ayuntamiento de Poza Rica, Sergio Macías. No tardan en filtrar datos para intentar criminalizar a las víctimas, pero lo que es un hecho es que Cuitláhuac le heredó a Nahle una verdadera bomba de tiempo en el norte del estado, bomba que se espera desactive pronto el secretario de Seguridad Pública Alfonso Reyes, emanado de la Secretaría de Marina, y cuyo trabajo táctico y estratégico hace poco elogió la mandataria estatal. ¿Podrá el señor Reyes neutralizar a los cárteles que operan en el norte del estado y en otras partes? Ya se verá.